A PLENO PULMÓN
FEDERICO HENRÍQUEZ
GRATEREAUX
Los abusos que aguantan los pueblos no parecen tener
límites. Algunos extranjeros no se
explican cómo los dominicanos toleran tantas trapacerías de los políticos, de
los funcionarios, de los policías. Se
atribuye a Clemenceau, estadista francés apodado El tigre, haber dicho: “se
puede vivir sin próstata y sin presidencia de la república”. Nosotros estamos ensayando vivir sin
justicia, sin seguridad ciudadana y sin esperanzas de cambio. Los militares confían en la fuerza de las
armas; los políticos en sus habilidades para zurcir promesas y justificaciones
mendaces. Marrullería, violencia, dinero,
se reputan las herramientas más poderosas de manipulación política.
El conde de
Romanones afirmaba que “los sentimentales y los místicos no sirven para el
ejercicio del poder”. Este hombre, tan
agudo como realista, fue varias veces jefe de gobierno en España. Sin embargo, el mismo conde de Romanones
también escribió: “más fácilmente que a una pareja de bueyes se conduce a un
pueblo; pero ¡ay del conductor si los bueyes recuerdan que fueron toros!”. Cuando llega la hora del hartazgo todos los
pueblos se sublevan. Y encuentran de
repente los testículos que sus líderes creían les habían sido extirpados.
El Conde de Romanones.
¿Estamos obligados a vivir pagando la energía eléctrica
más cara del mundo? ¿Debemos aceptar sin protesta que los contratistas
extranjeros no den el servicio y eleven las tarifas? ¿Es razonable que
“nuestro” gobierno proteja más a los extranjeros que a los nacionales? ¿Los
economistas gubernamentales, son los únicos profesionales exonerados de toda
responsabilidad penal? El espectáculo
cotidiano de la impunidad en la República Dominicana envenena a la juventud, la
llena de rencor y frustración. Tarde o
temprano surgirá un movimiento vindicador.
Es deseable que no tenga erupciones de violencia. La gran partera de la historia no es la
violencia, como siempre han dicho los
radicales. La partera máxima es el trabajo constante, disciplinado, inteligente.
El texto que antecede es parte de un artículo que escribí
en mayo del 2003. Fue publicado por el
periódico “Listín Diario”. Es la última
entrega de mi columna “Pecho y espalda”.
Asombrosamente, nueve años después, la mayor parte de estos problemas
está vigente. Da la impresión de que en
ciertos asuntos colectivos avanzamos a muy poca velocidad o estamos totalmente
detenidos.
Santo Domingo, R.D., martes, 23 de octubre de 2012.
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