lunes, 15 de octubre de 2012

Se necesita un fuerte ajuste fiscal

El Presidente confunde la medicina cuando plantea más impuestos 

Arturo Martínez Moya 

El Dr. Leonel Fernández manejó de manera irresponsable el presupuesto público, acumulado dejó el mayor déficit y endeudamiento que conozca la historia de las finanzas públicas, creando la crisis de solvencia que ahora se intenta solventar con más impuestos. No puede disculparse que a estas alturas el Presidente Medina tenga diferencia de cómo consolidar las cuentas fiscales, porque está muy claro que es a través del gasto, para evitar que el despilfarro se convierta en una crisis de balanza de pagos y del peso. 

Debe dirigirse al país con un plan creíble para la opinión pública. Con recorte de gastos y reformas estructurales, para pasar de un déficit fiscal de 8% del PIB en el 2012 a un superávit en el 2016, que respecto al producto reduzca el gasto total de 15.6% a 12%, con ajustes centrados en el gasto corriente, para reducirlo de 12.5% en el 2012 a 9% en el 2016. Cuando el ajuste se hace en el gasto corriente, la consolidación de la situación fiscal es más duradera, con efectos expansivos sobre la actividad económica, envía una señal de menores impuestos futuros, por lo que es más creíble que el basado en alzas de impuestos. 

La insolvencia financiera es peligrosa, si no se trata con prontitud podría deteriorar el peso, aumentar la tasa de interés y producir emigraciones de capitales, respuestas de los mercados para disciplinar el fisco cuando no se hace lo correcto. La política pública primero debe ganar credibilidad para luego plantear la reforma fiscal integral, la que debe posponerse para el segundo trimestre del 2013. Su objetivo principal deberá ser incentivar el ahorro privado y la inversión, además de acercar el esquema tributario al gasto fiscal para reducir su participación en el producto. Danilo cumpliría su promesa de cambiar el modelo de crecimiento si las inversiones se financian con ahorros internos en lugar de endeudamientos públicos, obteniendo mejores tasas de crecimiento económico, porque empresas e individuos asimilarían la posibilidad de menores impuestos en el futuro, aumentando el ingreso permanente y el consumo. 

El problema es que Danilo está confundiendo la medicina cuando plantea más impuestos, empeora la distribución de ingresos y confunde a los agentes, que interpretan se mantendrá la política de dispendio. Como ejemplos de medidas incorrectas pueden citarse la doble tributación al mantener en 29% el impuesto a las utilidades y fijar un 10% de impuesto a los beneficios distribuidos, aplicar 10% a los intereses de las personas y eliminar la exención impuesto al sueldo de regalía pascual. Cuando Leonel aumentó el impuesto sobre la renta para tapar uno de sus hoyos fiscales se redujo la inversión privada, respecto al PIB pasó de 20.3% en el 2000 a 13.2% en el 2011, historia que ahora podría repetirse. Para mis lectores que toman nota, la inversión privada la calculo como diferencia entre la formación bruta de capital (pasó de 23.3% a 16.4%), dato tomado de las cuentas nacionales, y la inversión pública (aumentó de 3% a 3.2%) que tiene como fuente la ejecución presupuestaria. Debe quedar claro que Danilo no puede equivocar el tratamiento a la crisis, porque el enfermo (la economía) podría empeorar. 

Santo Domingo, R.D., lunes, 15 de octubre de 2012.

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