sábado, 27 de octubre de 2012

Virtuosos, que comunican movimientos a la palabra para embobar, es decir, políticos


ESTO PIENSO, ESTO CREO
Rafael R. Ramírez Ferreira

 Porque… “La política es una cosa tan seria, Que no puede ser dejada a los políticos”.

Nuestro yo finito, en ocasiones, se hace presente para recordarnos en verdad quienes somos. Nos hace comprender nuestras limitaciones –si no es político- y que después que aprendemos algo nuevo, aparecen muchos más conocimientos y experiencias por adquirir.

 Nos hace ver cuán fácil somos presos de aquellos virtuosos excepcionales de la oratoria, con capacidad más que sobradas, para comunicar movimiento a la palabra y proporcionar un calor embriagante al discurso. Desde siempre y como nación, hemos sido víctimas de estos personajes, que nos duermen cada vez que hacen gala de sus dones eximios.

 Particularmente me abruma la impotencia ante el avasallamiento de estos intelectuales vanguardistas y por demás políticos. Me atormenta el estar viviendo y viendo lo que dicen y hacen estos privilegiados, que cuando deben y tienen que actuar no lo hacen, para después expresar, desvergonzada y supuestamente desprendido de todo interés terrenal, de vulgar mercantilismo político o de torpes y absurdas concupiscencias, las soluciones a todos los problemas que no supieron resolver y en ocasiones, que fueron creados por ellos mismos.

 En estos señores y ahora, se cumple la frase introducida por Federico Hegel en su obra sobre la filosofía del Estado y luego retomada por Carlos Marx en su obra “El 18 Brumario de Luís Bonaparte” que dice: Los grandes hechos y personajes de la historia universal, aparecen dos veces, una vez como tragedia y la otra como farsa.

 Y hoy, es como si fuese una confesión o conversando conmigo mismo, hoy y como una ratificación de esa crónica que se venía venir, si, hoy que cabilderos y lobistas recorren el mundo en busca de “reconocimientos, loas y conferencias magistrales” para satisfacer el ego de su amo,hoy, estamos contemplando el regreso de la tragedia bajo la forma de farsa.

 Que lamentable que nuestros “chapulines” sean quienes nos “defienden”. El trabajo tesonero de “bocinas” bien pagadas, nos quieren presentar ahora a muchos de estos políticos cual si fuesen centáureos arrebatados prestos a sacarnos del atolladero en que estamos. Claro, sin decir que el caos fue creado por ellos mismos.

 Ahora vemos, como un distinguido político, un símil de aquel que en su oportunidad, encolerizado ante un reclamo ciudadano, dijo como respuesta, que el dinero que le fue otorgado para hacer una construcción del Estado, lo había gastado en la campaña electoral, ahora, en nuestra defensa, dice que “en cada proceso electoral, la clase empresarial compra a la clase política financiando la campaña del partido con más probabilidades de ganar las elecciones…”

 Pero, no  pasa nada, todo vuelve a lo mismo, no hay ninguna autoridad que se interese en el asunto y quizás el problema está en lo que en estos días escribió el periodista Homero Figueroa, cuando expuso que: “la conducta transgresora dominante en el escenario político, es el resultado de la acumulación, durante siglos, de faltas sin castigos…” y está claro, que esta situación nos ha conducido a una vulgar y vergonzante impunidad, que se ha querido confundir con inmunidad.

 Hacen y deshacen cual si fuesen intocables y se defienden unos a otros, sin importar que el hecho realizado por uno de sus miembros haya sido bochornoso o no. No se pisan ni por mano al diablo la cola. Aún así, son “nuestros políticos” y tenemos que apoyarlos. Vaya usted a ver qué vaina. ¡Si Señor!

Santo Domingo, R.D., sábado, 27 de octubre de 2012.

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