Marisol Vicens Bello
El Presidente Obama acaba de aprobar su reforma al sistema de salud de los Estados Unidos luego de vencer con decidida voluntad los obstáculos a la misma, demostrando que “sí se puede”.
Al examinar los puntos clave de dicha reforma en gran medida la misma es similar a la que hace 9 años adoptamos en nuestro país mediante el voto de la Ley 87-01 de Seguridad Social en su componente salud; ya que la misma garantiza cobertura universal para todos los ciudadanos y residentes legales, y se espera que mejore las condiciones de las pólizas de salud con aseguradoras privadas, eliminando exclusiones y preexistencias.
Cabe preguntarse entonces porqué en nuestro país a dos años y medio de la implementación del Seguro Familiar de Salud del régimen contributivo, que es el que beneficia a personas con un empleador fijo, todavía no se han sentido totalmente los beneficios de esta importante reforma.
La respuesta es que el sistema de salud que está implementándose en nada tiene que ver con el establecido en la Ley que está fundamentado en distintos niveles de atención debiendo accederse a los servicios de salud a través de un primer nivel
Esto ha provocado que los grandes beneficiarios de la reforma sean los prestadores de servicios de salud y no los afiliados, quienes aunque disponen de un catálogo de prestaciones superior en cobertura que la mayoría de los anteriores planes privados, pierden gran parte de sus beneficios mediante el cobro discrecional de diferencias por los médicos y clínicas, así como por el no respeto de mandatos legales como la cobertura de servicios de emergencia en cualquier prestador aunque no esté afiliado, entre otros aspectos. Paradójicamente muchos afiliados no entienden esto y se mantienen aferrados al modelo anterior, por eso se requiere un cambio cultural.
Pero también pierde el país, puesto que uno de los objetivos de un sistema de seguridad social debe ser mejorar la salud de la población a través de programas de prevención pero por falta de cumplimiento de la Ley en cuanto a la existencia de una puerta de acceso al Sistema, estamos destinando la mayor parte de los recursos aportados para salud a atender enfermedades beneficiando un universo menor de personas que el que cubriríamos con adecuada inversión en prevención y promoción.
La implementación del SFS ha demostrado que mientras el aumento de los costos de los proveedores de salud ha sido geométrico el de las cotizaciones ha sido aritmético, por lo que existen claras señales que alertan sobre la insuficiencia de los recursos de salud si no se actúa oportunamente conteniendo el continuo aumento de los costos, debido en parte a prestadores que se han beneficiado del Sistema pero no quieren asumir sus reglas. Por eso se hace indispensable la cabal aplicación de la Ley no sólo para establecer la puerta de acceso al Sistema sino también las tarifas de honorarios.
Requerimos de la misma voluntad firme y actitud proactiva que permitieron al Presidente Obama aprobar su reforma de salud para hacer que la nuestra no se quede en el papel, pero debemos tener claro que sin atención primaria jamás habrá un sistema de salud verdaderamente efectivo. Esperemos que nuestras autoridades lo hagan por decisión propia o por presión de los ciudadanos. “Yes, we can!”
Santo Domingo, R.D., jueves, 25 de marzo de 2010
mvicens@hrafdom.com
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