Juan José Ayuso
Muy citado por historiadores y colocado en el merecido lugar del científico y crítico que no era corriente en sus años, el padre Antonio Sánchez Valverde es el tema del trabajo de tesis para doctorado que elabora desde hace años Miguel De Camps.
Hace algunas semanas, De Camps ofreció avances de esa investigación mediante una charla en la Academia de la Historia. Aquí, entre otras anotaciones de importancia, ubica la procedencia racial del sacerdote e historiador.
Miguel De Camps Garcia
Sin autorización de las autoridades eclesiásticas del Santo Domingo colonial, el sacerdote viajó a Caracas, México y Madrid en busca de derechos que se le discutían en su tierra natal.
Criollo –vale decir, mestizo-, parecían sin valor para la jerarquía los estudios académicos y la consagración al análisis de la realidad colonial para que el padre Sánchez Valverde fuese promovido.
Su obra más conocida y citada es “Idea del valor de la Isla Española. (Edición anotada)”, publicada en Biblioteca Dominicana, Serie I, Volumen I, de la secretaría de Relaciones Exteriores. Editora Montalvo, 1947.
El título completo que dio a su obra el licenciado Sánchez Valverde Ocaña es “Idea del valor de la Isla Española y utilidades que de ella puede sacar su monarquía”, dirigida sin duda a sus majestades, los reyes de España.
Nació “el racionero” en 1729 y murió en México 1790. Sus estudios los realizó con los jesuitas y 1755 se graduó de licenciado en Teología en el Colegio San Francisco Javier, a la vez Seminario y Universidad de Santiago de Gorjón. Se hizo bachiller de Derecho Civil en 1758 en la Universidad de Dominicos.
(“Racionero” era un puesto de relativa importancia en la administración eclesiástica).
La primera edición de “Idea del valor...” es de Madrid, imprenta Don Pedro Marim, 1785.
La edición de 1947 contiene un estudio biográfico, del historiador Fray Cipriano de Utrera, rico en informaciones, de las fuentes de la investigación en marcha de De Camps.
¿Cuántos sacerdotes criollos, mestizos, durante el siglo XVIII se habían graduado en Teología y en Derecho y daban, como Sánchez Valverde, pruebas de vocación por la investigación científica, crítica, de la realidad social, económica y política de la colonia?
¿Aceptaban los prelados y curas españoles de la alta jerarquía como “iguales” a esos sacerdotes, más que nada a los graduados y con natural propensión al oficio intelectual de investigar y de escribir?
El “avance” de tesis que ofreció De Camps en su charla en la Academia dio señales de andar en búsqueda de las respuestas a esas preguntas y a otras de igual envergadura.
Santo Domingo, R.D., jueves, 15 de abril de 2010
(buenapila@yahoo.es)
http://elnacional.com.do/opiniones/2010/4/15/45526/AL-DIA
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