Radhamés Gómez Sánchez
Necesita el ser humano confiar en los demás desde que nace hasta que muere.
Es falaz decir que en la confianza está el peligro. Necesita uno creer en el socio, en el amigo o en el compañero. Mucho más en padres o líderes, así como en la familia y las instituciones.
Se pierde la confianza, que es esperanza firme que se tiene de una persona o cosa, por un engaño o por una mentira.
Esta gavilla cucañera se ha ganado la desconfianza del pueblo dominicano. Imposible confiar en este gobierno carcunda.
Leonel dijo en el 1996 que si el pueblo votaba por él y su partido ganaba las elecciones, la crisis de los apagones quedaría resuelta en tres meses de gobierno.
Pero lleva Leonel diez años gobernando, y ahora la crisis es más grave: los apagones más largos, cuestan más al país, al Estado dominicano y a los consumidores, y todavía amenazan con cobrarlos más caros tras las elecciones.
El prontuario de engaños empieza por la promesa de solución a la crisis de los apagones que se mantiene, y acaba con la nuevamente fracasada firma del acuerdo de la compra de acciones de la Refinería por Venezuela.
Es un prontuario extensísimo, que reconfirma las razones de desconfianza del pueblo en un gobierno que pregona el mejor vino, y vende el peor de los vinagres.
Dijo Leonel que estaba blindada la economía dominicana ante la crisis mundial que acabó diezmando a la nación con miles de millones de dólares de deuda externa adicionados y una crisis interna que persiste.
Así dijo también reiteradamente al país que el narcotráfico no pasaría, y acertó sólo porque el narco vino para quedarse bajo la complicidad de funcionarios civiles y militares de su gobierno, con escándalos que se suceden uno tras otro.
Hasta el Cardenal dijo que con el Metro se resolvería el problema del transporte en la República Dominicana, porque Leonel aseguró que llevaría 200 mil pasajeros por día en la capital. La realidad está a ojos vista.
Las crisis se amontonan una sobre la otra, así como los escándalos y la corrupción. Ni uno sólo de los crónicos padecimientos nacionales ha sido resuelto.
Sin embargo, el narcotráfico, la delincuencia, la corrupción rampante en el gobierno y la impunidad suman nuevos males que pueden convertirse también en crónicos padecimientos de la colectividad dominicana.
El dominicano no puede sentirse seguro en las calles que transitan los bien escoltados y protegidos funcionarios del gobierno.
El dominicano no puede sentirse seguro en su casa, por la amenaza del asalto aleve o el acoso fiscal.
El dominicano no puede sentirse seguro en su trabajo, por la inseguridad predominante y la delincuencia desbordada.
El vino bueno que estos mandantes pregonaron, sólo se encuentra en los restorantes lujosos que frecuentan los funcionarios que piden el vino más caro para libar.
Ellos, los funcionarios del gobierno, compran el vino más caro, pero el pueblo que les paga tiene que beberse el peor vinagre que le sale muy caro.
Cunde la desconfianza por los reiterados fracasos en la gestión gubernamental de venderle a Venezuela el 49 por ciento de la Refinería Dominicana de Petróleo.
Se le dijo al pueblo que vendría el presidente Hugo Chávez a firmar aquí el contrato. Luego, que vendría el ministro de Minas y Energía. Más tarde, que vendría el presidente de PEDEVESA antes de que viajara el ministro de Finanzas Vicente Bengoa a firmar un contrato de compra del cual Venezuela anunció más tarde que había desistido.
El anuncio público del desestimiento nunca llegó oficialmente, como para completar el desplante y aumentar la desconfianza.
Tras eso Leonel viajó a firmar el contrato, con fecha anticipada como otras tantas veces anteriormente: 19 de abril. Y después que no, que el mismo Leonel sugirió aplazar la fecha sin previo anuncio, que patatín, que patatán.
Todo eso genera desconfianza del pueblo dminicano en esta gavilla cucañera trepada en el palacio nacional. Y la desconfianza puede proyectarse hacia el futuro, ante una incierta sociedad para operar otro sector vital para la nación. Como el energético.
La desconfianza frente al futuro de la operación de la Refinería queda muy bien fundada por la agravada crisis energética que Leonel prometió resolver en tres meses de gobierno en el 1996.
Santo Domingo, R.D., martes, 20 de abril de 2010
ragosa@gmail.com
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