Orlando Gil
El movimiento
El PRD debe que estar más atento al juego, pues no basta con tener mesa y fichas, sino que hay que saberlas mover.
La campaña oficial se va decantando poco a poco, y se comprueba día a día que es algo más que la utilización de los recursos del Estado y la presencia del presidente Leonel Fernández en los actos de promoción de los candidatos.
Diseñada con tiempo y cuidado por gente que no estaba involucrada en la lucha por posiciones, la estrategia se revela novedosa y podría sorprender a los perredeístas, que se prepararon para otra cosa.
Un encarte de prensa a todo color en que figuran todos los candidatos a senador del PLD como si fueran modelos de GQ, o un spot de televisión en que aparecen con la misma elegancia caminando de frente, para que se les reconozca bien, no puede considerarse una propaganda light. Muy al contrario, tiene una finalidad política clara: el partido morado no quiere vender sus candidatos uno a uno, como obliga la tradición, sino en paquete. Esto es, lo institucional por encima de lo personal. El Pacto con el Progreso, firmado la semana pasada, hacía suponer ese esfuerzo colectivo…
El éxito
Decía en la última entrega que ese Pacto no era una invención rara, que tenía precedente, y ahora debo agregar que exitoso. Bill Clinton señala en sus memorias lo que significó para los demócratas la iniciativa republicana del Contrato con América de Newt Gingrich, pues en la práctica fue un cambio en las reglas de juego tradicional de las elecciones de medio término. Antes las posiciones electivas se peleaban distrito a distrito, escaño a escaño, hasta que se produjo la presentación de 300 cargos (entre titulares y aspirantes) en la escalinata del Capitolio, planteando a los votantes un compromiso que cambiaría a América (del Norte). Los demócratas no supieron reaccionar, y cuando llegaron los comicios de noviembre, recibieron una soberana paliza que les hizo más difícil el juego: los republicanos aumentaron su representación en el Congreso. Contrato con América cumplió su cometido, que es lo que espera el PLD suceda con su Pacto con el Progreso.
Aunque falta ver si los aspirantes oficialistas saben actuar como manada del mismo modo que como rebaño…
La respuesta
¿Puede el PRD dar una respuesta adecuada al PLD en su lucha por el predominio en las cámaras? De seguro que la va a intentar, y nadie puede descartar a priori que sea efectiva y cambie la correlación de fuerzas.
Ahora, puede apostarse que va a ser difícil por dos razones fundamentales. Primera, va a tener que improvisar sobre la marcha, un poco arrastrado por los acontecimientos; y segunda, hay un propósito de fracaso que se anima desde adentro que puede echar por tierra cualquier intento bien calculado. Si se observa el panorama, se verá que los alborotadores del PLD se tranquilizaron (“Tranquilo, con Danilo”) y los que perdieron la “mamila” y andaban de bocones le taparon la boca con un “chupón” untado de miel. Elías Serrulle, por ejemplo. El pasado fin de semana fue prodigioso para los peledeístas de Baní, pues encadenados a las manos de dos miembros del Comité Político (Temístocles Montás y Danilo Medina) compartieron una misma mesa principal el senador y candidato Wilton Guerrero y el gobernador y aspirante a síndico Bienvenido Montero, quienes hasta hace poco eran como el aceite y el vinagre...
La crianza
No hay dudas de que los peledeístas tienen sentido del poder, y no lo van a perder por malas crianzas. La parcela es grande y alcanza para todos, mucho más si la siembran como hortaliza y a cada cual le asignan un cuadro. En el PLD de ahora, como en el PRD de antes, al que pierde lo compensan. Víctor Terrero --en Barahona– no pudo repetir como diputado, pero va como síndico y de lo más contento y feliz. Los perredeístas, por su parte, solo juran fidelidad y proclaman unidad en los velorios, como si fueran propósitos de muerte. Repito, por tanto, que no basta tener mesa y fichas, sino saber moverlas…
Santo Domingo, R.D., martes, 20 de abril de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario