miércoles, 4 de agosto de 2010

Llegó la hora de frenar el gobierno





Félix Santana García

Transcurrían velozmente los días previos a las elecciones congresuales y municipales del presente año, en lo que el mayor partido de la oposición denunciaba constantemente la política fiscal desaforada, que aún aplican las autoridades gubernamentales de turno, caracterizada por el gasto público y el endeudamiento sin disciplina.

Las consecuencias que se han derivado de la misma, se traducen en el presente con alcance amplio en el futuro, de mayores déficits y endeudamientos extremos.

No obstante, la Comisión de Política Económica del Partido Revolucionario Dominicano, advertirle de buena fe, los correctivos que debían y deben aplicar para encauzar por nuevos caminos la gestión económica y financiera del país, se empecinan en hacer caso omiso a tales consejos.

Igual comportamiento observan, ante las quejas que a diario exteriorizan sectores del: comercio, industria y sociedad civil, sin recibir ninguna respuesta, como si se tratara de lanzar voces en el desierto.

Nadie se explica tal comportamiento, como si todos los consejos y advertencias provenientes de la generalidad de los dominicanos, sobre los efectos negativos que podrían venirle al país en el orden económico financiero, que afecte por igual a gobernantes y gobernados sin distinción alguna, se tratara de burlas o desorientaciones para que las autoridades exhiban malas actuaciones ante la población.

Peor aún, no se toman ni la más mínima molestia de sopesar o evaluar tales consejos o advertencias, que muchas veces llegan hasta el extremo de convertirse en asesorías profesionales, sin costo alguno, que pudiesen afectar los gastos presupuestales de la nación.

Ante todo esto y, ante el orgullo exhibido por las autoridades dominicanas que actualmente ostentan el control casi absoluto del aparato estatal, comienzan ya a levantarse voces de todos los sectores del país, dirigidas a ponerle coto al modelo económico que actualmente impera.

Dicho modelo, se ha basado en incrementar los gastos públicos con financiamiento de nuevos impuestos, al verse imposibilitado de hacerlo a través de nuevos préstamos, debido a la proximidad al tope de endeudamiento en relación al Producto Interno Bruto y al mal manejo de los flujos de efectivos internos positivos, que percibe el Estado.

La situación ha llegado a tal punto que además de los sectores sociales, comerciales e industriales, se ha sumado también el sector servicio, pues hasta la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (ASONAHORES) ha pegado el grito al cielo ante las pretensiones del gobierno, de ajustar los precios de los hidrocarburos y modificar la ley No. 392-07 de Pro-industria.

Ante tantos desmanes, abusos e insensibilidad social, llegó la hora de ponerle freno a las actuaciones del gobierno, que siempre se ha creído que puede hacer y deshacer sin rendirle cuentas a nadie.

Se equivocaron, pues se creyeron que pueden instaurar un régimen de fuerza, sin que la población muestre cansancio y desesperación, ante sus malas actuaciones.

Hoy la población dominicana comprueba tristemente, quienes tenían la razón, si el gobierno o el PRD, en relación a las verdades y mentiras, de aumentar los impuestos o no, en caso de que el partido de gobierno mantuviera el control del congreso después de las recientes elecciones, tal como ha sucedido.

El pueblo no soporta más. No aguanta más engaños, burlas y ofensas, al extremo de que hasta ofenden la inteligencia del dominicano. El gobierno debe disminuir sus gastos corrientes ya.

Santo Domingo, R.D., miercoles, 04 de agosto de 2010.

http://www.desdemiescritoriord.blogspot.com/

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