Nuestros ruegos al Todopoderoso por su pronto restablecimiento
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El experimentado comunicador habló sin rodeos y con firmeza de su quebranto de salud el concluir el programa. Hizo hincapié en que no tiene nada que ocultar, y recordó que fue operado el pasado año de cáncer en el colon.
"Debo decirles a ustedes que salgo del programa porque tengo cáncer, de nuevo, hizo metástasis, como lo llaman los especialistas, y se me fue al pulmón. Me hicieron los análisis y daban negativo, pero el jueves de la semana antepasada, la última tomografía arrojó algo sospechoso por lo que repitieron las tomografías", informó a sus compañeros y a toda la radio audiencia.
Explicó que le extirparán la parte afectada por el cáncer y recibirá radioterapia, pero que aún no sabe si podrá reintegrarse a sus labores en el lapso de tiempo entre la operación y las terapias, que eso lo decidirá tras el proceso quirúrgico.
"Trataré de venir a trabajar antes de iniciar las sesiones de quimioterapia. Es un tratamiento durísimo, hay que recibirlo internado durante dos días. Vamos a ver en las condiciones que quedo después de la operación". La otra vez venía al programa y luego iba a internarme. Es un tratamiento muy delicado, durísimo".
"Veré si podré venir antes de la quimio o si tendré que esperar, o si dándome la quiomio podré venir a trabajar. Eso dependerá de Dios y de los médicos. No traigo temas personales a este programa pero este lo he traído como la otra vez, porque no tengo nada que ocultar".
Álvaro Arvelo hijo es un destacado intelectual que ha dedicado cincuenta años a la comunicación, laborando en periódicos como El Caribe, La Nación, El Nacional, también en los programas de televisión El gordo de la semana y 9x9 Roberto. Fanático del béisbol, se ha desempeñado como comentarista deportivo de varios medios de comunicación.
Es un gran jugador de ajedrez y presidió la Federación Dominicana de Ajedrez.
En El Gobierno de la Mañana de la Z101, ha laborado de manera ininterrumpida durante más de 18 años. Su comentario de las 7:00 de la mañana es un toque de queda en el país, y para los dominicanos en el exterior.
Con un estilo directo, mordaz y a veces burlón, se ha granjeado el afecto de algunos y el repudio de otros, y a pesar de saber esto último ha asumido con valentía y entereza todo lo relativo a sus quebrantos de salud de cara a todos.
Santo Domingo, R.D., lunes, 27 de septiembre de 2010
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