Hay fechas en la Historia de la humanidad que registran acontecimientos que se perpetúan y que trascienden a todas las naciones del planeta, a tal punto que las Naciones Unidas se han visto en el deber de recordarlas mediante Resoluciones de aplicación universal.
El día 25 de noviembre de cada año, se conmemora el Día de la No Violencia contra la Mujer, porque en el atardecer de ese día, hace 50 años, fueron secuestradas y asesinadas, por sicarios del tirano Trujillo, las hermanas Patria, Minerva y María Teresa, junto a su chofer Rufino de la Cruz.Estos asesinatos se produjeron un día como hoy cuando las hermanas regresaban de visitar a sus respectivos esposos, recluidos en la cárcel de Puerto Plata.
Esas tres hermanas, cuya desaparición física todavía conmueve a nivel mundial, representan un símbolo de la No Violencia contra la Mujer, porque con sus acciones pacíficas y civilistas contribuyeron de manera determinante a la desaparición de una de las tiranías más sanguinaria que registra la Historia latinoamericana. Hoy, 25 de noviembre, 50 años después de la muerte de “las mariposas”, como se les llama popularmente, tan luctuoso acontecimiento encuentra a la República Dominicana totalmente alejada de los sueños e ideales que ellas persiguieron, entre los cuales se pueden citar la creación de una nueva sociedad, donde predominaran la justicia social y económica, la educación, la salud, la equidad, la soberanía nacional, la igualdad de género, la seguridad alimentaria y la protección de los ciudadanos.
Esos sueños están aparentemente truncados, pues a corto ni a mediano plazo se vislumbra una sociedad mejor. Es lo contrario, porque cada día vemos con pena la desintegración familiar, el descreimiento en los valores religiosos, la falta de oportunidades para la juventud, el crecimiento de la droga y los crímenes por encargo. Sin embargo, no todo está perdido, porque en esta fecha suman cientos de miles de dominicanos que se desplazarán por todo el país para rendirle honores a las hermanas Mirabal y al chofer Rufino de la Cruz.
Santo Domingo, R.D., 25 de noviembre de 2010
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