Muy pocos dominicanos han depositado su dinero donde lo tenía, y cómo, Roque Napoleón (Polón) Muñoz.
Pero es bueno que los haya.
La ingeniería es de las profesiones lucrativas que mejor y más se prestan al negocio de la corrupción oficial.
Existe lo que se llama “contratas” del gobierno, que es la concesión de construcción de obras a socios y amigos de gobernantes.
Sin que medie para ello más que la voluntad del que manda.
“De grado a grado”, se dice en el lenguaje técnico.
Polón pasó toda su vida dedicado a una cruzada contra el “grado a grado”.
Años después, mucha gente se cansó de la prédica del ingeniero pero él no.
Siguió.
Hasta su muerte hace poco.
Y qué bueno que siguiera.
Ing. Roque Napoleón -Polón- Muñoz.
Mientras lo hacía, no podía depositar dinero en cuenta de banco alguno porque no aceptaba el “grado a grado” y por eso no era contratista de los gobiernos.
Hizo algunas cosas encargadas por amigos, de costo razonable y con la poca ventaja que manda trabajar para amigos.
Con el dinero que no se ganaba compraba pobreza y llegó a ser un hombre de pobreza costosa.
Como otros pocos dominicanos.
Y qué bueno que lo fuera, que lo fueran y que lo sean.
La “opinión pública” integrada por oportunistas que aceptaban las “contratas” y por otros en camino de serlo y de aceptarlas le decían “de todo” a Polón.
Hasta “irresponsable”, porque no pudo dar a su familia el “statu” o calidad de vida que se supone a un ingeniero de capacidad y de experiencia y de relaciones a granel.
El hombre hizo oídos sordos a esos comentarios tan comunes en una sociedad envilecida y se mantuvo en su prédica.
Una prédica que autorizaba con la moralidad del ejemplo.
A cualquiera que lo quisiera le extendía un cheque por millones en pesos o dólares de seriedad, honradez y pobreza.
No conocí al ingeniero Roque Napoleón (Polón) Muñoz pero debo declarar que son bienaventurados los dominicanos cuentahabientes de ese banco donde él depositaba, y cómo, el dinero de su pobreza.
Santo Domingo, R.D., martes, 01 de febrero de 2011.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2011/2/1/73799/AL-DIA
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