sábado, 16 de abril de 2011

Sobre la conveniencia de cierta ausencia



Mi Voz Escrita//
JORGE HERRERA

Los hechos políticos acaecidos en el país en el pasado reciente, sobre todo en el Partido Revolucionario Dominicano, son una demostración palmaria de que sobre el accionar del hombre gravita una fuerza ajena a su voluntad que, más que crear la causa del por qué de una actitud, se ocupa de determinar la o las consecuencias, a corto, mediano o largo plazos, de lo ejecutado. Esa fuerza, aunque tiene otros apelativos, no es otra que el destino. 

El desconocimiento de esa realidad, es lo que lleva a improvisados e inexpertos a malograr un designio, a pesar de haber sido concebido con las mejores intenciones. No transigiré en denunciar que las causas del desmoronamiento paulatino, pero progresivo del MVP, fueron de la exclusiva responsabilidad de Andy Dauhajre y su “archieco”, el hijo de doña Juliana, Neney Cabrera, Henry Sarraff y otros del mismo mal agüero.

Ahora que Hipólito Mejía es el legítimo candidato a la presidencia en la boleta del PRD para el 2012, fruto de una predestinación que enfrentó a la maledicencia de que fue víctima y a una empatía digna de antología con las mayorías, dentro y fuera del legendario partido blanco, tampoco me cansaré de advertirle al próximo presidente de la República, la conveniencia de  mantener a la distancia que demanden las circunstancias a esos potenciales caballos de Troya.

La perversidad sólo deja huellas, cuando conviene. Y, eso es peligroso, en tanto confunde, y nunca se llega a conocer las verdaderas intenciones de la perfidia. La propia naturaleza de esta aberración humana le permite, como a la hidra, el uso de varios rostros y al camaleón el cambio de color. Por esa y otras razones, se me ocurre que la mejor colaboración que le prestarían esos sujetos a Hipólito en su aspiración de regresar al Poder, es adornar la campaña perredeísta con su ausencia.

Santo Domingo, R.D., sábado, 16 de abril de 2011.

No hay comentarios:

Translate