Editorial El Día
Se ha dicho muchas veces, y lo repetimos una vez más, que si a alguien se le ocurriese la idea de escribir un Manual para Dictadores el primer capítulo deberá dedicarlo a enseñar cómo silenciar a la prensa.
Esa lección parece haberla aprendido muy bien el presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuya intolerancia y animadversión para con la libertad de expresión raya en los límites de lo que es posible imaginar.
Por obra y gracia de Rafael Correa, el día de ayer pasará a la historia como una de las más ominosas jornadas vividas por los medios de comunicación en el mundo: un juez complaciente ha emitido una sentencia de tres años de cárcel y cuarenta millones de dólares contra los responsables del diario “El Universo”, de Guayaquil, por supuestas injurias calumniosas que, en realidad, no han sido más que la expresión de ideas legítimas contrarias a las del gobierno.
EL DÍA une su voz al coro continental de protestas por este atropello que atinadamente la Sociedad Interamericana de Prensa ha calificado como un “grave zarpazo” a la libertad de prensa.
Confiamos en que, más temprano que tarde, la luz de la razón y de los derechos humanos habrá de brillar en el mencionado país sudamericano como lo merecen todos sus ciudadanos. Mientras tanto, nuestro más vigoroso repudio a todo acto de negación de la libertad, como el capitaneado por el nefasto señor Correa.
Santo Domingo, R.D., viernes, 22 de julio de 2011.
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