Eduardo Álvarez
El PRD no sólo está unido, sino que nunca antes la nación había cifrado tantas esperanzas en sus fuerzas como ahora. ¡Que levanten las manos quienes, dentro de este partido, no estén de acuerdo con su triunfo!
Puedes encontrar dos o tres, opuestos a la victoria blanca, recostados en el presupuesto que maneja su presidencia. Pero se trata apenas de un puñado de dirigentes que, sin ser representativos, amenazan con socavar la unidad.
El tiempo habrá de cobrarle este grave error. Y ellos mismos deberán explicar, acaso, por qué no han utilizado en la campaña proselitista los fondos que la propia ley duplica y asigna para esos fines, especialmente en años electorales, como este.
El compromiso del PRD va más allá de sus propósitos de unidad y triunfo en las elecciones del 20 de mayo. Tiene por delante la tarea de sacar al país del atolladero político y económico en que ha caído bajo la administración del PLD. Representa, por el momento, la única fuerza preparada para hacerlo.
En todas las provincias, municipios, distritos municipales, secciones y parajes del país, vas a encontrar a los dirigentes y militantes perredeístas llenos de entusiasmo y deseo de trabajar al lado de su candidato Hipólito Mejía. Esto incluyes a casi el 100% de quienes, hasta hace poco, fueron estrechos colaboradores de Miguel Vargas.
Sin importar las presiones, sobornos y otras canonjías, se siente el deseo de cambio, pasar balance y buscar otros rumbos, en los que haya una mejor distribución de las riquezas, menos corrupción y una firme vocación de trabajo.
Aumentar el gasto público y endeudar el país, comprometiendo su crédito y dignidad en los mercados y foros mundiales ha sido la tónica de los cuatrienios peledeísta.
Un escenario como este convoca a la unidad del PRD y de todas las fuerzas organizadas para salvarnos, además, del fantasma de la dictadura que ahora ronda como un espantajo, tratando de acabar con los valores y el estado de derecho, conquistados a sangre y fuego, hace más de cincuenta años.
Los combatientes del 14 de Junio, María Teresa, Patria, Minerva, Bosch, Fernández Domínguez, Caamaño, Peña Gómez, Amín Abel y el Moreno no lucharon por y para esta indignidad. Toda la nación está de pie, convocando un frente amplio en torno a los ideales que enarbolaron estos hombres y mujeres. Corresponde a la dirigencia perredeísta, como puntero, asumir el liderazgo y el compromiso de unidad nacional, con un alto sentido histórico, con toda la generosidad y la pasión que demanda la tarea emprendida.
Santo Domingo, R.D., jueves, 12 de enero de 2012.
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