jueves, 12 de enero de 2012

Por Haití

Editorial 
  El Nacional

Al cumplirse hoy dos años del terremoto que  destruyó gran parte de Haití y causó más de 300 mil muertos, la secuela  de esa tragedia  lacera  todavía a millones de  damnificados  que malviven con la incertidumbre de no saber dónde guarecerse ni qué comer cada día, como si quisiera perpetuarse en el tiempo tan lastimoso drama que no ha llegado a conmover a grandes metrópolis.

El sismo de 7.0 grados en la escala de Richter, con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe,  echó abajo  la modesta infraestructura de la capital haitiana y de ciudades adyacentes. Incluidas viviendas, edificios públicos, iglesias, carreteras, hospitales y obras  hidráulicas.

El entonces primer ministro Jean Max Bellerive informó  que  a causa del terremoto perecieron 316 mil personas,  que otras 350 mil  sufrieron heridas y que un millón 500 mil quedaron sin hogar, lo que se considera una de las catástrofes humanitarias más graves en la historia moderna.

A dos años de esa tragedia  acaecida  en el lado oeste de la Isla Hispaniola, la comunidad internacional  no ha cumplido ni mínimamente con la promesa de  erogar  cuatro mil 600 millones de dólares en un vasto programa de reconstrucción de Haití.

 Aunque  se han  contratado obras por un valor  equivalente  al 47 por ciento del monto prometido, se ha desembolsado menos de un 20 por ciento, lo que indica que  los recursos llegan a Haití a cuentagotas, inversamente proporcional  al agravamiento de los males  causados por el sismo.

 Se resalta  que en adición al desastre sismológico, Haití todavía padece los efectos de la epidemia de cólera que  causó más de siete mil muertos y afectó a medio millón de personas, lo que asemeja el drama haitiano a los infernales  episodios  de la Divina Comedia.

De justicia  es resaltar que República Dominicana ha cumplido con su deber y obligación de  asistir a  sus atribulados vecinos,  a los que ha ofrecido en todo momento el aliento de una  solidaridad sincera y compartido en términos materiales  lo poco de que se dispone, como  la entrega hoy a las autoridades haitianas  de una Universidad construida por el Gobierno dominicano.

A dos años de  ser asolada por un cruento terremoto, Haití todavía cuenta  a sus muertos,  asiste a sus heridos,  recoge escombros y aguarda por una prometida ayuda   que ha tardado mucho, tanto como  ancha y angosta ha sido la indiferencia de la comunidad internacional ante el sufrimiento de ese pueblo protagonista de la primera emancipación e independencia de  América.

Santo Domingo, R.D., jueves, 12 de enero de 2012.

http://www.presenciadigitalrd.blogspot.com/opinion/2012/01/12/Por-Haiti

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