La historia está llena de desinformaciones y malformaciones
BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
La intolerancia parece ser una característica importante de las religiones. Unos y otros, paganos y creyentes han luchado ancestralmente por imponer sus ideas, su visión, su estilo de vida.
La historia está llena de las imposiciones y la intolerancia religiosa.
También está llena la historia de las desinformaciones y malformaciones sutilmente enseñadas como buenas verdades en templos y oraciones, en escuelas y en lugares de preparación de religiosos que multiplicarán los adeptos.
Los grandes movimientos de las sociedades son provocados por la búsqueda incontenida de riquezas que producen el círculo vicioso de hallazgo, explotación, disfrute, dominio, exageración, envilecimiento, debilitamiento y desaparición.
Para la historia cuatro, cinco, diez siglos son una minúscula parte del tiempo, aunque para nosotros un siglo de vida de una persona nos parece cuasi eterno. El origen de las más importantes religiones que conocemos hoy, se sitúa geográficamente en el llamado Medio Oriente.
Ahí comienza la manipulación. Cercano oriente, medio oriente, lejano oriente.
Cercano, medio y lejano con relación a qué punto cardinal, a qué nación. Quién dijo que es lejano ¿de qué?
En su afamada obra “La Rama Dorada” James George Frazer, hace una extraordinaria investigación sobre magia y religión en la cual demuestra, de manera fehaciente, que las distintas religiones nacen de la ignorancia del hombre en entender, interpretar y aceptar los grandes misterios de la naturaleza.
La concepción, desde la humana hasta la animal o la vegetal. La vida y la muerte. De dónde venimos, hacia dónde vamos. Esos son algunos de los grandes temas que tanto las prácticas mágicas como los dogmas religiosos explican de una y otra forma, aceptan y nos inducen a aceptar.
En pos de convencer a la humanidad de su interpretación de la realidad o de la tradición de su religión, las iglesias desarrollan una fuerte coraza de infalibilidad ciega, cuyos practicantes creen a pie juntillas lo que le repiten y repiten y repiten sus sacerdotes.
Frazer enseña en “La Rama Dorada” que la fe es creer sin ver y soy de quienes creen en el Dios cristiano.
Pero amor no quita conocimiento y sé que dentro del cristianismo la intolerancia, la ceguera y la imposición llegó tan lejos como negar la condición humana a los indios de América y tratarlos peor que a muchos animales.
Me preocupa seriamente que la imposición haya llegado tan lejos, y aparentemente la hayamos aceptado, que quieren jugar con el día del nacimiento de Juan Pablo Duarte, como si el día del alumbramiento de Manuela Diez Jiménez pudiera ser objeto de un relajo contenido en una ley votada por apátridas, para aceptar imposiciones de algunos religiosos intolerantes.
Santo Domingo, R.D., jueves, 19 de enero de 2012.
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