Felipe Lora
En República Dominicana, desde los inicios
del movimiento izquierdista por los años cuarenta, la doctrina marxista era
desconocida en el seno del pueblo. Sólo los
letrados y atrevidos
izquierdistas tenían acceso a las ideas de Marx, y por ello, gozaban del status que, en sus
medios, les ofrecía el ser conocedor de tal doctrina.
Hoy, después de setenta años y cientos de
mártires, la doctrina marxista, la que propugna una mejor vida para la clase
trabajadora en una sociedad más equitativa, todavía es desconocida en el seno
del pueblo dominicano.
Y peor aún, entre el reducido número de
dominicanos que hoy conocen de tal doctrina,
hay varios que la han abandonado, bajo la creencia de que el marxismo ha perdido el aire exótico y
la vigencia que disfrutaba en la segunda mitad del siglo anterior.
Muchos de estos dominicanos se han rendido,
convirtiéndose en serviles del capitalismo empobrecedor y por ende, enemigos
públicos de la clase trabajadora y el campesino dominicano.
Sin embargo, los acontecimientos ocurridos en la última década como resultados
de la “globalización de los recursos” y
la” concentración de los beneficios” implementada por la oligarquía a través de sus “multinacionales” han puesto en duda la creencia de que, como
dijo Leonel Fernández, “el marxismo ya
no sirve.”
El desmoronamiento económico a nivel internacional
causado por un sistema que exige el continuo incremento de las ganancias sin
considerar el aspecto social o la situación social de los obreros, ha causado que cientos de miles de ciudadanos vuelvan a
considerar la doctrina marxista.
Pero, ¿qué es el marxismo?
Para los desinformados y para los enemigos
del pueblo, el marxismo es una doctrina maligna. Una doctrina que propugna por
el derrocamiento del sistema establecido
usando medios siniestros para
imponer, de la noche a la mañana un sistema político diabólico y tiránico que,
eliminando los derechos básicos de los ciudadanos, encarcelará a todos los que
intenten oponerse a las políticas y
caprichos de los cabecillas en el poder.
Para los soñadores, como dijo el español
Andrés Nin Pérez (1892 - 1937), el marxismo es “la caída espectacular del
régimen capitalista en virtud de un acto de fuerza breve y certero y la
sustitución casi automática del viejo orden de cosas por una sociedad más justa
y más humana, surgida de la noche a la mañana, con todos los atributos de un
mecanismo perfecto y regular.”
Pero, ¿qué es el marxismo para el obrero y
el campesino dominicano?
¿Que pueden aprender los proletarios
dominicanos de los ejemplos de revoluciones fallidas o truncadas?
¿Cómo podrán, los obreros y los campesinos
dominicanos, dirigir una lucha de clase
que no entienden?
Y además, ¿será posible aplatanar o hacer un
mangú de marxismo, de forma que pueda ser digerido por los que más se
beneficiarían de tal doctrina económica y social?
Es nuestro deber educar al pueblo.
Es nuestro deber proveer al proletario con
el arma de la educación para que puedan defenderse, combatir y vencer a los que
los oprimen, a los que los explotan, a los que los esclavizan.
En nuestro país, hasta que el proletario
dominicano no se eduque, hasta que no entienda su posición dentro de la
sociedad capitalista que los esclaviza,
hasta que no entienda su posición histórica y su destino como
protagonista en la lucha de clase, tendremos en dominicana una clase obrera que
cada cuatro años tratará de cambiar de Master o Amo.
¡Obreros dominicanos, educaos!
¡Obreros dominicanos y de todo el mundo
uníos!
Santo Domingo, R.D., domingo 19 de Febrero de 2012.



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