miércoles, 2 de mayo de 2012

Poderoso señor es “Don dinero”


Lo más grave de las encuestas, son los encuestados

LUIS SCHEKER ORTIZ 

En el Cementerio de Praga, su autor, Umberto Eco, nos relata el protocolo de la conjura de los rabinos judíos para dominar el mundo por el poder del dinero. Se reunían  ante la tumba del santo rabino Simeón Benjehuda, conforme al mandato recibido del Patriarca Abraham hace 18 siglos.  “Cuando seamos los únicos amos de todo el oro de la tierra, la verdadera fuerza pasará a nuestras manos.” “Difundamos la idea del progreso y la igualdad”, (para debilitar a nuestros enemigos) apuntaba otro rabino.

 En tanto el decimotercero y último delegado  señalaba: “Si el oro es la primera potencia de este mundo, la segunda es la prensa”,  resaltando su poder manipulador, forjador de opinión pública sobre el honor, la virtud, la rectitud, la conciencia…

Cuánto de leyenda,  de mitología o  de verdad tenga  esa supuesta conspiración, no lo sé;  pero de seguro no está muy lejos de nuestra realidad del Siglo XXI: “El malestar en la  globalización” (Stiglitz).  “400 familias norteamericanas detentan una renta mayor del 46% de toda la población trabajadora estadounidense.”(Paul Krugmann). “Esa riqueza no cae del cielo” (Leonardo Boff.) El Club de Bilderberg es un buen ejemplo. El G-8, otro. En nuestra pequeña aldea, se da el caso: quien acapara en sus manos la riqueza  y dispone del oro maldito (fruto del engaño, la especulación, la explotación, el robo y el crimen) tiene en sus manos el poder real, el poder de dominación legitimado.

Fue la frase del candidato Danilo Medina, cuando cayó vencido por los votos de su rival Hipólito Mejia. Dijo la gran verdad: -El Estado me derrotó... Hoy disfruta de sus bendiciones. Las encuestas más serias lo colocan en la cima. 

“Danilo gana desde el primer boletín”, expresa satisfecho su benefactor, que desde el poder ha empeñado los recursos del Estado y su pasión para apuntalarlo, mientras analistas internacionales se sienten “sorprendidos” por ese despunte y, bobaliconamente, la OEA saluda el proceso, organismos de la sociedad civil y ciudadanos preocupados claman a oídos sordos para que sea reglamentada la contienda electoral, para que haya más equidad y acceso a los medios publicitarios, se favorezca la “transparencia” y no se obstaculice la observación del proceso electoral,  alentando  un debate frustratorio entre los potenciales ganadores. ¿Para qué? Ellos venden  ilusiones. Apuestan a lo imposible. Corregir lo que está mal. Combatir la corrupción, que supura por codos de impunidad absoluta, irresponsable.

Claro está que concurren varios factores importantes que contribuyen a que el certamen se oriente hacia donde el oficialismo reclama. Lo más grave de las  encuestas, son los encuestados. El votante mayoritario que decide las elecciones y  todavía no comprende o no le importa la gravedad de la corrupción como sistema de gobierno y le asigna un pírrico 15%. No quiere entender que sus problemas prioritarios tienen su causa precisa, primigenia, en la corrupción y la impunidad, que les roba su bienestar. No quiere cambio (86%). Siguen apostando al “progreso” y a la “buena voluntad” de los mercaderes de ilusiones.

Santo Domingo, R.D., miercoles, 02 de mayo de 2012.

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