Con las mujeres

Luis Pérez Casanova 

(l.casanova@elnacional.com.do) 

Nebrija tenía  claro el poder de la lengua como medio de comunicación. La lengua es compañera del imperio, consignaba en la primera gramática de que se tiene referencia en Europa, publicada en 1492. 

La referencia es válida para contextualizar el “lenguaje de género” con que las feministas procuran, no que se altere la estructura gramatical, sino que, en la medida de lo posible, se tome en cuenta a las mujeres a través del habla o de la escritura. 

En los ceremoniales es una costumbre aludir a “damas y caballeros” o “señora y señores”, e incluso resaltar la presencia de cualquier “dama distinguida”. Pero de lo que se trata es de la inclusión de una masa ignorada y discriminada. 

Si bien no se pueden confundir los conceptos de sexo y género, como muy bien se ha recalcado, no por ello se puede sentenciar que su uso,  que no es otro que contribuir a la emancipación de la mujer y a la igualdad con el hombre, carece de base lingüística. 

Elio Antonio de Nebrija es el responsable de la redacción de la primera “Gramática castellana”, editada en el año 1492.

De ser así, la lengua se reduciría, como vanamente han pretendido quienes  se autodefinen sus guardianes, esos que rehusaban la aceptación de nuevas palabras  a la categoría morfosintáctica. La lengua, como sistema de signos, no sólo tiene un carácter descriptivo. Es una de esas categorías, quizás la misma que concibió Lebrija para definirla de compañera del imperio, la que de alguna manera han tomado en cuenta las feministas para abordar la inclusión a través del “lenguaje de género”. No hay necesidad de exagerar la nota. 

Que el concepto de género no sea de naturaleza biológica, sino gramatical, que se aplique tanto a sustantivos y adjetivos masculino y femenino, no proscribe el “sexismo lingüistico”. La exclusión de la mujer no es lingüística ni exclusiva del género femenino. Pero ha de reconocerse que las mujeres han sido las más afectadas. Gracias a esa inclusión lingüística, son más tomadas en cuenta en muchísimos otros aspectos. No hay, pues, que irse a los extremos.

Santo Domingo, R.D., lunes, 02 de junio de 2012.

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