Félix M. Escaño Polanco
Uno de los temas que no enseñan nuestras universidades se relaciona con el castigo al que estamos sometidos los seres humanos “por el almanaque” de la vida, según se cumplan años cada vez más.
Y es que el metabolismo corporal pierde fortaleza a medida que avanzamos en edad, reflejándose en mayor pérdida de masa muscular, - sobre todo después de los 50 años- oscilando –según múltiples investigaciones- entre un 12%-15% anual hasta los 80 años de edad.
La sarcopenia, entonces, no es más que la pérdida anatomo-funcional del cuerpo humano según cumplimos “años de vida”, producto de la convergencia de factores neurológicos que desencadenan debilidad en el sistema nervioso con atrofia muscular, descenso en el número de fibras musculares, reducción de las hormonas que producen “fortaleza” –testosterona, estrógenos, hormona crecimiento entre otras-, déficit de vitamina D con aumento de las sustancias que producen inflamación en todo el aparato circulatorio (factor necrosis tumoral, interleukinas, y otras).
Sarcopenia.
Con estas alteraciones biológicas asociadas, la sarcopenia puede contribuir al incremento del riesgo de enfermedades crónicas tales como osteoporosis, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y fracturas óseas.
Desde el punto de vista estadístico, para el año 1990 se estimaba la existencia de unos 312 millones de sarcopénicos en el mundo, de los cuales se espera un aumento a unos 800 millones en el 2025.
En otras palabras, aumentara progresivamente la longevidad mundial con sus consecuencias económicas asociadas donde los gastos “directos e indirectos” que producen, necesariamente repercuten sobre la inversión del sistema de salud nacional.
¿Qué papel juega una nutrición equilibrada con alimentos funcionales en esta población específica? ¿Qué importancia tienen los ejercicios? ¿Cómo el médico moderno debe prepararse para ayudar a esta franja de la población que cada día crece en nuestro país? ¿Con cuáles fármacos contamos dentro del arsenal endocrinológico para combatir la fragilidad corporal en esta edad? ¿Cómo se debe orientar nuevos hábitos y estilos de vida? Existan estas y otras inquietudes médicas permanentes, y hay que decir que esto no se aprende en las universidades.
María Cristina Jiménez, medico paraguaya.
Santo Domingo, Republica Dominicana, sabado, 28 de julio de 2012.
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