viernes, 17 de agosto de 2012

Esperanzas y discurso presidencial



 MIGUEL SANG BEN 

Debo confesar que estuve junto con todo el país atento al discurso de toma de posesión del nuevo Presidente de la República Dominicana que elegimos los dominicanos el pasado 20 de mayo. Varias reacciones encontradas tuve del entorno hogareño y los “twiteros” que hacen llegar sus comentarios. Un discurso muy en consonancia con las esperanzas del pueblo dominicano: enfrentar la corrupción (¡Hurra!), redefinir el gasto social y aliviar la pobreza (¡dos hurras!) y resolver la crisis educacional y eléctrica (¡tres hurras!) mediante un pacto fiscal de consenso y un llamado de que todos arrimemos el hombro (aquí se acabaron los hurras).

 ¿Por qué somos tan pesimistas los dominicanos si cuando todas las propuestas del discurso son posibles porque existen ejemplos en el mundo de que el desarrollo se ha logrado con un ataque frontal a la pobreza? El mismo Presidente mostró su estudio de los casos de China y Brasil y asume las experiencias de dichos países en esa materia, ¿por qué dudarlo si lo que se necesita es una reorientación del gasto nacional mediante la fijación de nuevas metas estratégicas? Ni los faraónicos faros a Colón, ni los costosos signos de modernidad fueron tratados en el discurso, por lo que podemos inferir la respuesta a la pregunta de dónde saldrá ese dinero.

 Una política que contrasta con el desmantelamiento del estado de bienestar que recibimos de los gobiernos europeos sumidos en plena crisis, pero razonable porque la economía dominicana no está en el fondo del barril. Es solo cuestión de prioridades y de disciplina institucional que se traduce en la aplicación de las leyes y la creación del marco de confianza ciudadana en el destino del país.

Si Leonel Fernández buscó a prestigiosos consorcios internacionales para diagnosticar el desarrollo del país (recordemos el Informe Atalli). Danilo Medina parece haber buscado en el manual de Lula Da Silva y Dilma Roussef. Porque Dilma inició con un gabinete “heredado” del popularísimo Lula, pero le ha aplicado la regla de que “sus actos” deben ser transparentes para cumplir con la necesidad de dejar la opacidad que afecta a la mediocridad de la clase política dominicana. El 60% de los repitientes en el gabinete deben cuidar sus actos porque la permisividad no será ejercida, según la promesa presidencial en el discurso de toma de posesión.

Danilo Medina con Dilma Roussef, durante su visita a la presidenta de Brasil.

Una nota personal: creo que la debilidad institucional dominicana más sentida de la sociedad dominicana es el Estado de Derecho, por lo que confieso mi regocijo de que un santiaguero como yo, el Dr. Francisco Domínguez Brito, vuelva como cabeza del sistema judicial dominicano para que se “haga lo que nunca se ha hecho”: justicia.

Otra nota: ante la abortada iniciativa de discutir y aprobar la Ley de las Fuerzas Armadas que iría a cumplir con el mandato constitucional de establecer el control civil del estamento militar, me regocijo de que un pundonoroso militar le corresponda realizar esta transición para gloria de la democracia dominicana. El Almirante Sigfrido Pared Pérez tiene ante sí el reto de completar el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas y establecerla como un órgano funcional de la institucionalidad.

Inacio Lula Da Silva conversa con Danilo Medina, en Brasil.

Verdaderamente, en el orden personal, me tocó la coincidencia con el predicamento que como Vice-presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes, he insistido en la formalización de las relaciones comerciales con nuestros vecinos haitianos. El anuncio de un Acuerdo de Libre Comercio debe ser rápido, expedito y promotor del acercamiento de dos pueblos alejados por la historia y cercanos por la tragedia, ya que el acto de humanismo mostrado por los dominicanos en el terremoto de Puerto Príncipe nos situó en la conciencia haitiana la verdadera naturaleza de sociedad cristiana de los dominicanos. 

Mayor General José A. Polanco Gomez, jefe de la Policía Nacional, confirmado en la posición por el presidente Medina.

Y por último, otra nota personal, que reconozco en la línea correcta: el impulso de la reforma policial con la confirmación del Mayor General José Armando Polanco Gómez al frente del cuerpo dedicado a la preservación del orden y primera línea de combate a la sociedad criminal. Esta sería una extensión al anuncio del desmantelamiento de las mafias del tráfico de personas en nuestra frontera, que quiero reconocer como el anuncio de una “guerra dominicana contra el crimen”.

Me resta recordar la frase evangélica que el mismo Presidente quiere que utilicemos como vara para medir su gestión de gobierno: “por sus hechos los conoceréis”.

Santo Domingo, R.D., viernes, 17 de agosto de 2012.

No hay comentarios:

Translate