Yasir Mateo Candelier
El juez lee el expediente de Raúl Serumberto Reynoso Mota (Vantroi), acusado de participar en 36 asesinatos y de herir a 15 personas. Nadie sabe cómo el “Vantroi” mentao salió de la cárcel. El juez se detiene aquí y dice: “Cojollo, aquí hay un “superior”.
Se da cuenta de que a los 36 asesinatos habría que restarle dos o tres, porque se trataba de otros delincuentes rivales en los que el Estado no tendrá que gastar dinero para enjuiciarlos y mantenerlos en la cárcel. El expediente es larguísimo. Las acusaciones contra el famoso “Vantroi” no terminan. Así que el juez, luego de haber leído durante cuatro horas, decide volver a estudiar el expediente al día siguiente.
El juez llega a su casa y lee un periódico matutino, donde se acusa a la empresa minera Barrick Gold de envenenar a varios empleados ilegales que trabajan en sus proyectos, aparte de haber ocasionado graves daños a la capa vegetal y la hidrografía del país, perjudicando a cientos de miles de dominicanos...hasta ahora. En seguida se entera por otra noticia de que el presidente apoya a un señor calificado de “corrupto patológico”, de nombre Héctor Rodríguez Pimentel, quien es señalado como responsable de desviar millones de dólares en beneficio de la causa política que defiende y de sus propios bolsillos. El juez imaginó miles y miles de niños “Vantroi” corriendo semidesnudos por las calles de Guachupita, porque cientos de “Pimentel” se roban el dinero destinado a la educación, la vivienda y la salud de los niños dominicanos marca “Vantroi”. El juez pensó: “Cojollo, pero este “Vantroi” no es lo peor que tenemos”.
El juez termina de leer el periódico, cena y decide ir a dormir. Se va la luz. Cuarenta años de latrocinio y de atraso. Cuarenta años de corrupción con el asunto de la energía eléctrica. El juez piensa en “Vantroi”: “Cojollo, pero “Vantroi” ha hecho menos daño que el grupo de sinvergüenzas que ha manejado el negocio de la energía eléctrica”.
El juez se baña con un jarro y una cubeta de agua en su casa –amaneció y todavía no había luz-, vuelve a su despacho y sigue leyendo el expediente de “Vantroi”. Entre los detalles observa que una banda criminal asesinó a un hermano suyo, y que la justicia nunca se ocupó del caso.
Finalmente, el juez cierra el expediente y dice para sí mismo: “Voy a dejar libre a Vantroi”. Y así lo hizo, tras lo cual fue cancelado por la Suprema Corte de Justicia.
El juez llega a su casa en un estado de confusión y lee en el periódico que 56 niños en San Juan de la Maguana fueron intoxicados por la leche del desayuno escolar y nadie ha sido detenido ni procesado por ese hecho. El juez pensó: “Coño, Vantroi merece estar libre, es menos malo que muchísimos dominicanos.”
Madrid, España, 27 de abril de 2010
yasirmateo@hotmail.com
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