miércoles, 28 de abril de 2010

El peligroso triunfo del clientelismo




Pablo McKinney

“... tanta sangre que se llevó el río/ yo vengo a ofrecer mi corazón.” F. Páez

La encuesta PSB ha venido a confirmar una percepción: El buen momento electoral del PLD.

Pero, al mismo tiempo, en las calles y barrios podemos confirmar también el pésimo momento ético del país, incluida su partidocracia que incluye al triunfante PLD.

Este PLD, tan muertecito de éxitos, nunca había sido tan derrotado, y me repito:

Este PLD triunfal y solitario en sus mágicos momentos de votos posibles y clientelismo todo, nunca había sido tan vencido en sus principios fundacionales. Eso. Es la rueda que rueda y riza el rizo.

Hoy el PLD es aquel PRD de finales de 1983, y llegó el 84. Pero peor.

El PRD nació en La Habana con la encomienda de derrocar una tiranía e instaurar una democracia.

El PLD nace para desde la ética, la organización, el estudio y la disciplina, superar al PRD y liberar a los pobres del país de la ignorancia, la pobreza, la inequidad, adecentar la práctica social, política, empresarial. Educar con el ejemplo, ¿comprende? La Revolución social y la mejor, la de Bosch, la del ejemplo, joder.

¿Y qué ha ocurrido? Que ya en el poder, ambos partidos han negado sus esencias, sueños. Y así les va, así les ha ido. Sólo triunfan ante el presente para perder ante la historia.

Muchos han querido olvidar que en 1990, Bosch, gravemente afectado en sus capacidades mentales, víctima de traiciones y un fraude, ganó unas elecciones sin darle un centavo a nadie. Ese viejo terco. Digno hasta la intransigencia. Decoroso hasta la tozudez, llevó a su partido de ocho mil miembros y pico a ganar unas elecciones. Para entonces fue posible triunfar, aunque no fuera nada probable. ¡Y sin traicionar ni traicionarse!

El PLD está en su mejor momento electoral y en su mayor pesadilla ética. A veces para vivir con decoro hay que salvarse del oro.

¿Qué ocurrirá en ese partido ahora que todo apunta a otro éxito electoral arrollado, pero al alto precio de ver a Bosch morirse en cada local partidario, cuando existían locales partidarios para aprender y discutir, y no estas nuevas casitas sin reunión pero bien pintadas de morado y amarillo? Yo no lo sé. Uno sabe de tan pocas cosas y !tan poco! Pero quizás, el Comité Político y el Comité Central sí tengan respuestas, palabras, autoridad, poder, agradecimiento, agradecimiento.

Y aunque no sea viernes, cántela otra vez, señor Páez: “Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”

Santo Domingo, R.D., miercoles, 28 de abril de 2010

pablomckinney.com
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/4/28/46894/El-Bulevar-de-la-vida

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