Luis Pérez Casanova
Los dominicanos no están ni por asomo más divididos que los sudafricanos del apartheid, pero el camino de la unificación en torno a objetivos nacionales es tan escabroso, que, si existe, se bifurca.
La impresión es que los intereses coyunturales han desplazado los sentimientos patrióticos, ésos que en 1965 llevaron al pueblo a resistir y enfrentar como una humillación la invasión estadounidense. Si ese acontecimiento puede repetirse es sólo frente a Haití.
Aunque muchos comandantes y no comandantes hayan pasado la factura por el servicio, la historia es para que el dominicano se sienta orgulloso de su nación y sus símbolos. Pero, a mi modo de ver, no parece que ni siquiera se sienta identificado.
Antes que la propia guerra de abril es “Invictus”, la película sobre la reconciliación del pueblo sudafricano a través del deporte, lo que me hace reflexionar sobre la endeble identidad del pueblo dominicano.
Tras 27 años en prisión, Nelson Mandela, que había sufrido como nadie los rigores de la segregación racial (apartheid), en lugar de venganza y persecución procuró desde el poder extirpar el odio y la desconfianza entre la minoría blanca y la mayoría negra como base para el bienestar y el desarrollo de los sudafricanos.
La participación de Sudáfrica en el torneo mundial de rugby, del cual estaba excluida por su régimen racial, fue el gran acontecimiento para que blancos y negros dejaran atrás todo el resentimiento.
Mandela, que se había consagrado como símbolo de la libertad y la no violencia, hizo aportes adicionales al no obtemperar permanecer más de un período en el poder, a pesar de las aclamaciones, de su reputación internacional que lo llevaron a merecer un Nobel de la Paz, y su elevada popularidad.
En República Dominicana parece que no existe ese sentimiento que identifique al pueblo con su historia y sus tradiciones, que sea capaz de aglutinarlo en torno a objetivos generales. Prevalece el oportunismo.
Santo Domingo, R.D., lunes, 03 de mayo de 2010
(l.casanova@elnacional.com.do)
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/5/3/47333/Crisis-de-identidad
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