martes, 13 de julio de 2010

Impunidad para el poder





Susi Pola


En Salcedo, Juan Pablo López, Papo, mató a tiros a Soribel Santos Brito, de 25 años, “su mujer” y a Francisco Javier Santos Brito, de 22, hermano de ella, cuando ambos viajaban en una motocicleta por una carretera de Villa Tapia, donde vivían.

El padre de ambas víctimas, dijo que el asesino padre de una niña y un niño, de 2 y 3 años, procreados con ella, la golpeaba y abusada constantemente, lo que habría sido denunciado en el Departamento de Atención a la Víctima de Salcedo, varias veces, sin recibir apoyo, dice, debido a que López, “pertenece al PLD y es amigo de altos funcionarios de esa provincia”.

Francisco Javier y Soribel Santos Britos, hermanos, asesinados por ex marido.

La prensa destaca que el feminicida, una semana antes de matarla, golpeó brutalmente a Soribel hasta hacerle perder una oreja y las autoridades no dieron curso a su querella, entonces ella se fue a vivir con su familia a El Manantial, quejándose de que él iba los fines de semana con actitud amenazante, conminándola para que se “arreglaran” y disparando para amedrentarla.

En Mao, en el mes de junio, Manuel Rodríguez Bonilla, reconocido catedrático universitario de la UASD, encontró una mañana a Jazmín Valdez González, de 30 años de edad, esposa y madre de sus hijos, degollada en un charco de sangre en su dormitorio. Él dice haber salido a llevar al hijo de ambos al colegio, pasando luego por el supermercado y regresando a la casa cerca de las 10:30 de la mañana.

Todavía las autoridades no ofrecen detalles sobre este crimen que conmovió a Mao, sin conjeturar sobre el motivo del hecho de sangre, pese a que la familia de la joven habla del maltrato que recibía de su esposo.

Estos dos hechos de violencia machista, probablemente se hubieran evitado si en nuestro país hubiera mayor experticia y menos clientelismo y corrupción en la administración de la justicia.

De acuerdo a las investigaciones realizadas en el país, el mayor porcentaje de feminicidios, es el de los ejecutados por la pareja de la víctima, por lo que cuando ocurre un crimen así, hay que sospechar primero del compañero y en ese sentido, buscar las violencias que anteceden, en ese escenario.

En estos dos casos, hay referencias del entorno inmediato familiar y vecindario, de esposos posesivos, celosos y dominantes, ambos con niveles de reconocimiento público político y cultural, con influencias directas en el poder instalado localmente.

El poder y el reconocimiento público, no deben constituir un pasaporte para la impunidad, y las autoridades en la materia, ante la violación a la Ley 24-97, tienen actuar con la neutralidad necesaria para evitar estos dolorosos desenlaces, que nos ubican el tercer país de la región con el índice más alto de feminicidios.

Santo Domingo, R.D., martes, 13 de julio de 2010

(susipola@gmail.com)

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/7/13/54273/Impunidad-para-el-poder

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