Susi Pola
Lo dijo la cajera del Supermercado, comentando el movimiento de gente, las colas para pagar, el amontonamiento en el comercio y sobre la manera tan “alocada” de gastar dinero en estas épocas navideñas. “Hay una desesperación compulsiva a gastar en estas fechas lo que tanto trabajo cuesta ganar durante el año”, expresó más o menos, y dio en el clavo.
Nuestra cultura, permeada de consumismo, entre otras cosas peores y mejores, se muestra especialmente compelida al gasto de fin de año y aplica el mito de que, “al menos una vez al año, hay que disfrutar comprando, comiendo, regalando y recibiendo”, aún sabiendo que estas fechas recuerdan sentimientos y expresiones muy lejanas a las que nos gastamos.
Por la complejidad de las razones socio culturales que crean estas y otras prácticas, también para estas fechas, abundan las acciones filantrópicas de instituciones públicas o privadas, las que son capitalizadas para provecho comercial y hasta de promoción política, otra característica de esta civilización de la doble moral.
Así, vimos al propio presidente en persona repartiendo cajas con alimentos y golosinas navideñas en diferentes barrios. La misma cena de Navidad del mandatario y su esposa, en un batey de San Pedro de Macorís, realizada por los Comedores Económicos, compartida con personas del lugar, acompañada de un show artístico, en compañía de personajes políticos, 200 “Cenas Populares” ofrecidas por el Gobierno en todo el territorio nacional para más de un millón de personas. Además, la Primera Dama, acompañada de sus hijas, regaló en Santiago miles de juguetes en el marco de una función teatral para niños y niñas de las escuelas públicas y privadas, en el Gran Teatro del Cibao,
El propio Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y la Fundación Joaquín Balaguer, de la “oposición”, repartieron fundas navideñas frente a la casa del ex presidente Joaquín Balaguer, en la avenida Máximo Gómez, honrando así la costumbre establecida para esta época del año, por el fallecido líder y sus hermanas.
Las imágenes de estas acciones, como política pública -pobre y desgastada- de “asistencia social”, muestran las emociones desatadas en las personas sencillas del pueblo, muchas de ellas adultas mayores, manipuladas y poco respetadas como ciudadanas, prestándose por necesidad al espectáculo. (¡Ya quisiera tener la perspicacia de Franklin Guerrero y su foto crónica para ponerle palabras al pie de las fotos!)
Una pena que no se supere la tradición de hacer política demagógica, populista y penosa, las cifras -precisamente declaradas en las actividades más arriba contadas- sobre el crecimiento de 7.8 por ciento PIB, suenan a burla en este contexto. ¡El mismo pitorreo del 4% violado!
Santo Domingo, R.D., martes, 28 de diciembre de 2010.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/12/28/70510/Cajas-y-fundas-politiqueras
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