Ginecologia actualizada //
Lilliam Fondeur
La bacteria del cólera no reconoce fronteras, no necesita sobornar militares, ni visado. De un lado de la isla Quisqueya, en Haití, han fallecido más de 2,100 seres humanos por la epidemia del cólera, las cifras de infectados bordean los 100,000. El 2010 ha sido un año funesto para el pueblo haitiano. Los vestigios del terremoto del 12 de enero, las adversidades climáticas, el cólera y para rematar las cuestionadas elecciones. Todas son miniaturas, “paja para la garza” como diría mi padre, comparadas al saqueo que por siglos ha estado sometido Haití por parte de los sectores de poder económico, dentro y fuera de Haití. El nivel de pobreza del pueblo haitiano va en relación con la riqueza de otros. Quizás dios ha olvidado pasar por Haití.
La bacteria del cólera igual que las y los haitianos cruzan al otro lado de la isla, a República Dominicana, la primera porque no entiende de pendejadas y las personas por una necesidad básica, por hambre, seres humanos que a pesar de no recibir una bienvenida osan dejar su tierra por subsistir.
A pesar de nuestro país estar al lado, justo al lado de Haití, hasta el momento de escribir esta columna se han detectado 23 casos de cólera sin defunción. Nuestro país ha tenido una ejemplar actuación en materia de prevención, detección y atención al cólera. El ministerio de Salud y su cruzada para evitar el cólera ha llegado a una gran parte de la población dominicana y haitiana, a través de los medios de comunicación, radio, televisión, prensa escrita, e incluso recurriendo a la tecnología de la comunicación con teléfonos móviles y redes sociales. Los hospitales cuentan con los recursos necesarios para diagnosticar y socorrer a las personas sospechosas de cólera, para asegurar la calidad de la atención, el personal de salud recibe adiestrando de forma continua.
El Ministerio de Educación ha ejercido su función, educar en las escuelas, las normas de prevención del cólera son materia obligatoria y constante. Incluso el Presidente Republica, se ha reunido con el primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive para llevar una maniobra conjunta con el fin de controlar la epidemia y evitar los fallecimientos.
Para prevenir el mar de muertos de este lado de la isla, el cólera ha contado con interés político y recursos suficientes, sin plata no hay nada. De forma asertiva han manejado el cólera, no ocurre lo mismo con el feminicidio y la mortalidad materna. Las políticas de salud no deben ser sexista.
Santo Domingo, R.D., jueves, 09 de diciembre de 2010
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