Juan Núñez Collado
-I-
Amigo Lector: ¿Has pensado tú alguna vez sobre la importancia que tiene la transparencia para la vida en sociedad?
¿En qué consiste la transparencia? Consiste en caminar a la luz del día. Cuando caminamos por el día no tenemos miedo porque podemos ver directamente todo lo que se mueve en nuestro entorno.
Por esta razón, la transparencia no tiene nada que ocultar. Lo enseña todo. La transparencia es como ver a través de un cristal que está bien limpio libre de polvo y de todo cuerpo extraño que lo pueda empañar.
Este año 2011 ha sido declarado el Año de la Transparencia por el Poder Ejecutivo, ejercido por el señor Presidente de todos los dominicanos y dominicanas sin distinción de credo político o religioso.
Los buenos filósofos desarrollaron un argumento que se llama “Ad hominem”, que significa: Tomar la palabra del adversario como base para exigir el cumplimiento de las normas y de la palabra empeñada.
La vida en sociedad exige coherencia en el pensar y en el actuar. Cuando se dice una cosa y se hace otra se cae en una contradicción de las palabras contra los hechos.
Todos los dominicanos y dominicanas tenemos el gran reto de empoderarnos del gran valor que tiene el concepto de la transparencia para la vida en sociedad.
Tenemos que luchar para que los que ostentan el Poder por una delegación del pueblo mediante el voto, caigan en la cuenta que se le delegó el Poder para servir, no para servirse del Poder. Como una consecuencia de esta mala práctica, de la cual el Dr. Leonel Fernández y el PLD han sentado una cátedra vergonzosa de uso y abuso de los recursos del Estado para beneficiar a grupos afines o de su propia militancia en contra de la regla de oro del Poder, que consiste en la búsqueda del BIEN COMUN para las mayorías más carenciadas, por encima de toda clase de intereses grupales y personales que atentan directamente contra el pueblo.
Como ejemplo de estas malas prácticas podemos citar la exigencia de comisiones para ciertos proyectos de inversión, la entrega de nuestros Aeropuertos a grupos extranjeros, nuestros Ingenios, peajes, las nominillas para militantes políticos, etc.
Por esta razón, los políticos cada vez son menos transparentes y menos confiables. Como consecuencia de estas malas prácticas cada vez hay menos tolerancia, menos democracia y más autoritarismo tendiente a aplastar el Estado de derecho que soñaron para todos los dominicanos los fundadores del proyecto de Nación llamado República Dominicana.
Por esta razón, se ha creado un sistema clientelista que va en aumento permanente.
Las Iglesias, las ONGs, los partidos políticos que se respetan tienen que abandonar el modelo clientelista y fomentar el trabajo productivo como el único camino seguro de liberación del individuo, de la familia, de las comunidades, de los municipios y de la Nación. El asistencialismo social da como una limosna humillante lo que por derecho pertenece al ciudadano.
La transparencia exige que cese este método clientelista por ser un engaño vulgar contra el pueblo.
Detrás del clientelismo politiquero hay una agenda oculta de mentira, traición y engaño.
El gran reto de todo ciudadano consciente es trabajar para cambiar este modelo viciado y agotado del clientelismo que da comida para hoy y significa hambre para mañana.
Las sociedades clientelistas no tienen futuro.
Santiago de los Caballeros, R.D., martes, 18 de enero de 2011.
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