martes, 4 de enero de 2011

Seguimos creciendo, ¿y del desarrollo qué?


Jesús Feris Iglesias


Hace mucho tiempo aprendí la diferencia entre crecimiento y desarrollo, y como pediatra, trataré de hacer una similitud entre el crecimiento y desarrollo de las personas y la de los países.

En el humano, crecimiento se entiende por el aumento progresivo en talla y peso de los órganos y como el crecimiento en general, pero el desarrollo está íntimamente ligado a la madurez cerebral.

Un niño que sufra desde muy pequeño una lesión cerebral severa, seguirá creciendo en peso y talla hasta llegar a la vida adulta, pero no desarrollará sus condiciones cerebrales que le permitan comprender, pensar, crear, hablar, ejecutar determinados movimientos y, por lo tanto, se convertirá en discapacitada cerebral que tendrá que ser ayudada por otras personas al desenvolvimiento normal de sus actividades para que pueda llevar a cabo su vida. En otras palabras, tendrá que depender toda su vida de otras personas.

Asimismo sucede con los países o mejor dicho con las sociedades de países que no alcanzan su desarrollo. Estos, tendrán que depender toda su vida de otros países por la incapacidad de los gobiernos como el actual, a conducirlos por el camino del desarrollo.

La República Dominicana ha tenido un crecimiento económico sostenido de varias décadas, sin embargo, no ha construido las bases necesarias para el desarrollo de sus habitantes.

Para lograr esto, se necesita crear las infraestructuras más importantes para la obtención de riquezas que provean el bienestar económico y social de sus conciudadanos tanto colectivamente como de manera individual.

En ese sentido el gobierno actual y los futuros deben dar ejemplo de hacer respetar la Constitución y las leyes y contribuir con la independencia absoluta del Poder Judicial para la aplicación de  verdadera justicia. Sin estas condicionantes y sin el macuteo oficial,  no habrá inversión extranjera importante.

Desarrollar mega-proyectos atractivos a la inversión extranjera con oferta de exoneración impositiva por décadas con el fin de crear empleos y mano de obra especializados.

Desarrollar un Departamento de Políticas Públicas que de seguimiento a los Ministerios y dependencias en su quehacer diario y demandar que cumplan con las políticas públicas previamente diseñadas en los programas de gobierno.

Invertir lo necesario en educación básica y técnica primordialmente, aunque la superior no debe descuidarse. Además, reforzar los idiomas de inglés y francés desde la primaria, tomando en cuenta el incremento del turismo y la globalización.

Hacer acuerdos con las universidades para invertir en investigaciones dirigidas a la agropecuaria, industrias y otras áreas de interés nacional, para conocer nuestras oportunidades y debilidades para el desarrollo. No es posible continuar invirtiendo menos del 0.1% en investigación, además de no tener un menú de prioridades necesarias para el desarrollo en las áreas de mayor importancia. Hay que darle un giro al Ministerio de Educación Superior.

La inversión en salud no debe esperar más.  Fortalecer el Sistema de la Seguridad Social donde el 100% de la población esté incluida y se haga mayor énfasis en la promoción y prevención de la salud. Distribuir los centros asistenciales a los barrios en la modalidad de Unidades de Atención Primaria, en vez de continuar construyendo nuevos hospitales.

Crear fuentes de empleos sobretodo para la mediana y pequeña empresa pensando en nuevas modalidades de préstamos para que puedan desarrollarse.

Con estas recomendaciones y otras que bien se pueden ir añadiendo, es que nuestro país puede enrumbarse hacia el desarrollo que no es lo mismo que crecimiento.

Finalmente, es el desarrollo lo que brindará el bienestar colectivo a la sociedad y las personas en las presentes y futuras generaciones. Y esto, no debe esperar más.
Santo Domingo, R.D., martes, 04 de enero de 2011.

http://hoy.com.do/opiniones/2011/1/4/356332/Seguimos-crecimiento-y-del-desarrollo-que

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