Eduardo Álvarez
Cuenta Margarite Yourcenar que el emperador Adriano apartó de su lado a Suetonio, de muy mala forma. No soportaba las malas noticias, manía habitual entre los césares. Suetonio tenia a su cargo los archivo imperiales.
La novela histórica Memorias de Adriano resalta la intolerancia de los emperadores romanos. Adriano, uno de ellos, se hizo adicto a los halagos y lisonjas, a pesar de su ilustre condición.
Odiaban y desterraban con mucha facilidad a los portadores de malas noticias, no así a quien la ocasionaban. Esto explica la distancia y disparidad que siempre ha existido entre la sinceridad y el poder. No concilian ni logran estar en el mismo lugar a la vez.
Lo relatado mas arriba es propósito del impasse surgido en el PRD la “expulsión de Esquea Guerrero de las filas del PRD. Cercanos amigos y seguidores de Miguel Vargas han encontrado en Esquea Guerrero un chivo expiatorio para justificar la derrota. Error de cálculo que reduce las perspectivas. Hubo dos competidores y uno, Hipólito Mejía, simplemente ganó.
Esquea fue el relator y anunciador de los resultados, como vocero de la Comisión Organizadora, cuya composición estuvo y esta fuera de toda duda y el menor cuestionamiento.
Emperador Adriano.
Como le ocurrió a Suetonio frente a Adriano, un reducido grupo busca que este valioso e indispensable dirigente pague los platos rotos. Se le reclama, acaso, la “insolencia” de ser responsable al dar conocer los resultados de la exitosa convención perredeísta del 6 de mayo.
Con la diferencia de que Esquea el resto de la comisión actuaron en un partido pluralista y democrático, en un sistema abierto y también democrático. El pobre Suetonio no tuvo la suerte de contar con una fuerza política definida y la vigilancia atenta de la opinión publica, pendiente del buen proceder de sus dirigentes políticos.
Santo Domingo, R.D., miercoles, 27 de abril de 2011.
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