jueves, 8 de septiembre de 2011

Hamlet

AL DÍA//

JUAN JOSÉ AYUSO

Ser o no ser escritor

 Hace algunos días, el autor citado recibió lo que sigue de una amiga que lo aprecia: “Al ver esta noticia

-“Hace fortuna con libros

-“Euclides Gutiérrez Félix asegura que ha hecho su fortuna a través de la venta de los libros que ha escrito y que ascienden a aproximadamente a 25 millones de pesos y a que ha ejercido la profesión de abogado por más de 50 años de donde también ha logrado buenos beneficios-.

“Sólo me resta esperar que cada uno de ustedes haya logrado, siquiera, la mitad del éxito de este escritor.

“Un abrazote”.

 Lo que sigue, en esta columna y en la siguiente,  es la respuesta del ingeniero Hermann, investigador y autor de más de una docena de libros en los últimos años y ganador de varios premios:

“La aritmética nunca parece haber sido una asignatura aprobada por Euclidito Gutiérrez. Si él dice haber ganado 25 millones de pesos vendiendo libros en este país, sólo tiene dos opciones: o es un gran mentiroso o ha vendido más ejemplares que la suma de todos los escritores de República Dominicana en toda su historia.

“Puedo decirte que, en mi caso personal, vendí 80 mil ejemplares de mi obra Caracoles; la Guerrilla de Caamaño; 65 mil ejemplares de la biografía Francis Caamaño, Coronel de Abril, Comandante de Caracoles; 45 mil ejemplares de El Guerrillero y el General. De los otros trece libros que he publicado, las ventas han fluctuado entre mil y cuatro mil ejemplares. Con Transición made in USA gané el premio nacional de ensayo Pedro Henríquez Ureña por el que me otorgaron una regalía de 250 mil pesos. Con El Fiero: Eberto Lalane José gané el premio nacional feria del libro Eduardo León Jimenes el cual tuvo un bono de 450 mil pesos. No sé si Euclidito ganó alguna vez algún premio de estos que pudieran sumarse a los 25 millones de pesos”.

(La suma de la dotación de los premios y del dinero recibido por venta de sus libros hace una suma ridícula no de beneficios sino de pérdidas de las que Hermann, en más de una ocasión, ha debido pagar impuestos

(Eso, sin contar el costo del tiempo  dedicado a cada una de esas investigaciones, a lo que se añaden organización y redacción).

2da. y última parte:

Sigue la respuesta del escritor al correo electrónico recibido, a partir de la premisa, ser o no ser escritor, sugerida por el nombre de su autor:

“Producto de la venta de mis libros y de los premios recibidos no tengo en los bancos ni un solo centavo. Todo se ha ido en comida, energía eléctrica, gasolina y demás gastos de supervivencia. Eso aparte de la satisfacción de que mis libros fueron vendidos uno a uno en las librerías del país hasta agotarse y unos que otros en el extranjero.

“No puede olvidarse que Caracoles fue vendido al pregón en las calles dominicanas al precio de un peso. La biografía de Francis Caamaño se vendió a dos pesos. El Guerrillero y el General fue en otra época y valía cien pesos. El más reciente Caamaño en Europa (1966-1967) se vende a 850 pesos. Así han sido los precios durante los 30 años recientes. Si estimamos que Euclidito ganó como promedio en tres décadas, 100 pesos con cada libro, tendría que haber publicado un cuarto de millón de ejemplares, lo cual todos sabemos que no es cierto, a menos que estén almacenados en los depósitos de los ministerios del actual gobierno sin que alguien les haya puesto un ojo encima.

“Con las ganancias recibidas por Euclidito, sería bueno averiguar si pagó los impuestos sobre beneficios ante su compañero Juan Hernández. A mí me ha tocado pagar impuestos sobre pérdidas.

“Ah, olvidaba decirte que tengo 55 años de graduado de ingeniero civil, trabajando todo el tiempo, y lo único que tengo como propiedad compartida es la casa en que vivo, herencia de mis padres Dardo Hermann y Ofelia Pérez.

“Envidio la capacidad empresarial e intelectual de Euclidito que como escritor y abogado, supongo que dentro de los márgenes legales correspondientes, ha podido acumular tantas riquezas en propiedades y otros valores”.

Los escritores dominicanos lucen resignados a que sus publicaciones les ocasionen pérdidas, de dinero, porque el libro no se vende siquiera en las modestas ediciones de mil ejemplares, y de dinero, porque lo es, también, el tiempo que se invierte en creación o investigación y redacción.

De ahí que la literatura y la investigación sean para los escritores un costoso “hobby”, lo que no se refleja siempre en la baja calidad de las obras, algunas muy buenas.

A lo que quizá no se resigna el escritor es a que, encima de la tragedia de su realidad, venga cualquiera a tratar de burlarse de ellos.

Con Hamlet, entonces, ser o no ser escritor. Pero serlo a conciencia de lo que cuesta: pérdidas de las que en muchas ocasiones hay que pagar impuestos.

Santo Domingo, R.D., Jueves, 08 de septiembre de 2011.

No hay comentarios:

Translate