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Cristóbal Valdez
De DiarioLibre
Debemos felicitar al Alcalde Roberto Salcedo por haber rescatado Güibia para todos los ciudadanos del Gran Santo Domingo y el país. Es una obra que reinicia el adecentamiento de todo el Malecón como espacio público por excelencia de la ciudad.
60 millones de pesos invertidos para lograr espacios de sana diversión y esparcimiento valen la pena. Se abre de nuevo una ventana hacia el litoral, la playa y el mar caribeño. Santo Domingo, acostumbrada a vivir de espaldas al mar, abre una puerta integradora del paisaje marino y la ciudad empieza de nuevo a confundirse con el mar. Gracias Roberto.
Sin embargo, escapa a mi entendimiento, cómo se le otorga tanta atención a una obra puntual y millonaria, aunque necesaria, y sin embargo, a las obras que son más baratas o gratis no les ponemos la debida atención.
Me refiero al espacio público que el sector privado construye todos los días. Los promotores de viviendas individuales, torres residenciales, edificios comerciales, etc., intervienen la ciudad diariamente y la construyen. Es la fuerza mayor en la construcción, tanto de la ciudad formal como informal. Este espacio público, las aceras, no le cuesta un solo centavo al Cabildo y a lo mejor por eso no lo atiende.
Güibia, diciembre 2011.
En días pasados me entretuve haciendo un conteo, en el Polígono Central, y habiendo identificado 65 torres en diferentes etapas de construcción, sus aceras correspondientes, con un promedio de 30.00 metros de largo (2 kilómetros de aceras), habían sido abandonadas por el ADN y dejadas a la voraz discreción de los inmobiliarios. Con muy contadas excepciones, los anchos de las aceras habían sido marcadamente reducidos, las rampas de accesos vehiculares se iniciaban en los contenes o a medianía de acera, los árboles, en los casos que eran plantados, sin un orden, relación o respeto a normativas existentes, los pavimentos como bien les pareciera o decidieran los desarrolladores, y un largo etcétera. Y el Cabildo ni por asomo asume su responsabilidad de gestionar este espacio público, el más cercano a los ciudadanos.
Estos espacios públicos, las aceras, repito, no le cuestan un centavo al Cabildo, lo único que tiene que hacer es asumir su responsabilidad legal de gestionar la ciudad, de hacer respetar las leyes, y las reglamentaciones vigentes.
¿No tiene personal de supervisión suficiente para hacer cumplir las leyes? Entonces que revise sus prioridades de inversión. 2 kilómetros de aceras se pudieron haber rescatado como espacio público, el más útil para que la población pueda disfrutar de un entorno que enaltezca la calidad de vida de los ciudadanos que quisieran utilizar y disfrutar de la ciudad y el entorno donde viven. El espacio público de todos los días.
Menciono el Polígono Central porque es uno de los territorios que tiene normativas específicas, pero estos principios se pueden aplicar a todas las aceras de la ciudad, no importa el estatus social o económico de la comunidad que los habita.
Esto revela que el problema no es la existencia o no de las reglamentaciones, sino de la GESTIÓN. Gestionar la ciudad es lo que debe hacer el Cabildo, con una idea clara de la ciudad que todos queremos, identificando las oportunidades que se presentan para aprovecharlas creando espacios públicos, que no cuestan dinero al Cabildo, pero sí necesarios para la vida cotidiana. No solo espacios costosos como Güibia.
Roberto, cuida también aquellos espacios públicos que no le cuesta nada al Cabildo, y que son fundamentales para el desenvolvimiento diario de todas las actividades de la ciudadanía.
Santo Domingo, R.D., viernes, 30 de diciembre de 2011.
http://www.presenciadigitalrd.blogspot.com/opinion/Guibia-y-las-aceras-de-la-Ciudad
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