Eduardo Álvarez
MARULO.- Pero ¿qué oficio es el tuyo? ¡Habla claro!
REMENDON.- Un oficio, señor, que siempre hace el bien: a quien mal anda lo con-suela. -De Julio Cesar / Shakespeare
Antes de instaurar en Roma una gran monarquía militar, Julio César había combatido victorioso en las provincias galas, hispanas, germanas, helvéticas y británicas. Impulsado por el genio y la esperanza, emprendió grandes hazañas que se extendieron al oeste y al norte, al otro lado de los Alpes, donde aún no había completado su proyecto de conquista.
Theodor Mommsen observa que “durante este tiempo el vencedor cuidaba de reducir el tributo que se pagaba a la República; organizaba los municipios en beneficio de sus intereses económico y mejoraba la condición de los súbditos”.
El áurea de gloria que, entonces, coronaba su cabeza quitó de en medio las dificultades que para César representaba su par y adversario Pompeyo.Entusiasmado, embriagado y embravecido por el absoluto poder logrado –primero, de buena forma y, después, en mala lid-, se fue acostumbrando a sus bonanzas, olvidando las fatales consecuencias del goce desbordado. Y que las leyes de la naturaleza suelen ser tan inescrutables como inaplazables.
Cuenta el escritor griego Plutarco que, a comienzos del 44 a. C., el Emperador había sido advertido del peligro que corría, precisamente durante los idus de marzo, los primeros de ese año. En el calendario romano, los idus de marzo caían el 15 del mes de Martius [marzo]. Se creía que eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre. Igual, los 13 de los demás meses del año.
En ese año, un vidente le había advertido César del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, llamó al vidente y, con cierto sarcasmo,le dijo: “Los idus de marzo ya han llegado”; a lo que el vidente contestó compasivamente: “Sí, pero aún no han acabado”. Es harto sabido que César murió asesinado en el 44 a.C.
El hecho fue recreado, de manera magistral, por Shakespeare en su obra Julio César, escrita en 1599, en la que acuñó la frase que encabeza este artículo: ¡Cuídate de los idus de marzo! Como si dijera no te fíes del excesivo encanto que traen la riqueza y el poder. Suele ser engañosa, ocultando peligros que vemos apenas en combates o cuando los días se nos presentas poco favorables.
Frente a la soberbia del triunfador obnubilado, el genio de Shakespeare enaltece la lucidez de un humilde zapatero remendón que, en las calles de la Roma de los Césares, sirve de consuelo a quienes mal andan, extraviados y atrapados en sus propios éxitos. Conciencia popular, ¿reservada sólo para los amantes del buen teatro o para cineastas como George Clooney?
[Este articulo, a propósito de la nueva película de George Clooney The idus of march / Los idus de marzo], estrenada hace unos meses].
Santo Domingo, R.D., domingo, 01 de enero de 2012.
http://www.presenciadigitalrd.blogspot.com/opinion/2012/01/01/Cuidate-de-los-idus-de-marzo
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