Eduardo Álvarez
Ahora que el fantasma de la dictadura resurge amenazante, se hace necesario renovarlas esperanzas, que de eso se trata el presente proceso electoral. Es lo que ha evitado una explosión social de una insospechada magnitud.
Tenia que ser en la comunidad de Esperanza donde precisamente Hipólito Mejía y miles de seguidores lanzaran el grito tranquilizador que espera la sociedad dominicana para enfrentar esa infame caricatura política que creíamos superada hace cincuenta años.
Hipólito Mejía dijo en Esperanza que el PRD en un triunfo de la democracia. “Para recatar ese triunfo, vamos a luchar todos los dominicanos, dentro y fuera del PRD”. El comité municipal del Partido Reformista, en Esperanza, decidió apoyar al candidato del PRD. Las aclamaciones y aplausos no podían ser más prolongados y sentidos frente a las oportunas y vibrantes palabras de Hipólito Mejía.
Un partido que niega la alternabilidad no puede contar con el apoyo popular. Se impone apenas utilizando los recursos del Estado yaciendo un uso abusivo de la autoridad, como es el caso del PLD. Siete de cada diez dominicanos rechazan tales procedimientos, por tanto se resisten a la idea de un partido único, como pretende el PLD.
No hay una tiranía diferente. Tampoco existen eufemismos que puedan salvar ni liberar de culpa a los dictadores y partidos que los auspician. Empeñarse en parecer abiertos y suaves no cambias las cosas. Siempre caen el autoritarismo y la corrupción cuando el fin es perpetuarse en el poder. “En el PLD se han robado hasta los clavos de Cristo”, voceó alguien del público, provocando la risa y el aplauso de todos los presentes.
El Grito de Esperanza se dejó sentir, además, en la voluntad del aspirante perredeísta de escuchar y atender las necesites de la gente, como hizo el presidente Mejía en su recorrido por la Línea Noroeste. Los campos abandonados, con una baja producción por falta de apoyo estatal, tendrán en este hombre del campo a un verdadero amigo y sostenedor.
Prestó atención a productores agrícolas, incluyendo a varias mujeres dedicadas al cultivo de banano. Amplió su apretada agenda de visitas a Dajabón, Santiago Rodríguez, Montecristi y Valverde para ir a fincas bananeras y otras unidades productivas, a los fines de compartir las preocupaciones de los cosecheros.
Nada como la buena voluntad y la disposición de atenderlos problemas para conseguir una efectiva renovación de fe y esperanza. El país necesita un gobernante constructivo y productivo para salir de esta pesadilla morada.
Santo Domingo, R.D., lunes, 09 de enero de 2012.
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