Teófilo Quico Tabar
Años atrás la forma de concebir el Estado, la sociedad, la economía, entre otros aspectos, determinaban las diferentes corrientes de pensamiento: Marxismo, socialismo, socialdemocracia, socialcristianismo, etc., y permitía definir las personas y organizaciones de derecha, centro o izquierda; sin embargo hoy, en una sociedad que ha sido incapaz de brindarle solución a los problemas básicos de la mayoría de la población, temas como los relacionados con documentación de extranjeros, aborto, 4% para la educación, matrimonios por diferentes iglesias, uso de los géneros, etc. etc., son las que de alguna forma pretenden servir de catalizadores para que la gente identifique entre conservadores y avanzados.
Talvez por eso, algunos han definido nuestra sociedad como ambigua, confusa, que obedece a patrones poco descifrables o como dijo un político hace tiempo: “Con una mentalidad de arroz con mango”.
La realidad es que contamos con muchos conservadores en casi todas las manifestaciones defendiendo posiciones que se supone son contrarias a su esencia, mientras hay izquierdistas y liberales con ribetes de avanzados, manifestando desacuerdos con aspectos que deberían formar parte a su concepción ideológica.
Defender el derecho de los seres humanos, sean haitianos o de cualquier nacionalidad es más bien de orden humanitario, no una cualidad de conservadores o avanzados. Muchos que hoy defienden el derecho patrio han vivido de espaldas a los abusos contra los más débiles y engañados. Otros que ayer protestaban contra los monopolios y las empresas transnacionales hoy son sus aliados, desde que les permitieron escalar posiciones sociales o se acercaron a grupos elitistas.
Creer en el establecimiento de reglamentaciones estrictas en cuanto a la ciudadanía y la inmigración; estar o no de acuerdo con la formalización de matrimonios por otras iglesias, proclamar por el 4% para la educación, no hace a nadie izquierdista, conservador o derechista. Esas son concepciones o ideas que bien pueden ser discutidas dentro de cualquier organización política como de otros fines, sin que les imprima sellos de una u otra tendencia, pues son de orden moral más que ideológicas, aunque hay tendencia a estigmatizar a quienes fijan una posición al respecto.
Como progresistas, liberales o conservadores deberían definirse a los partidos, los políticos, los gobiernos, la sociedad civil, los comunicadores, etc. en función de las ideas que sustentan y los sectores e intereses que defiendan, pues ser avanzado no lo determina una posición coyuntural o un solo aspecto, sino el conjunto de acciones permanentes en procura del establecimiento de sistemas verdaderamente justos que le permitan a los pueblos abandonar su situación de pobreza, mientras unos pocos aumentan sus riquezas.
Hay mucha confusión con respecto de los postulados y todo lo relativo a la estructura social y económica en la que se sustentan las diferentes organizaciones. A veces mencionan algunos efectos, pero pocos cuestionan las causas reales; por el contrario, sus acciones y metas van hacia al afianzamiento de los grupos hegemónicos tradicionales aunque con lenguaje modernista.
En tal virtud, más que socialistas, socialdemócratas o socialcristianos, hoy imperan los pensamientos SOCIALCONFUSOS.
Santo Domingo, R.D., jueves, 19 de julio de 2012.
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