jueves, 6 de septiembre de 2012

Reflexión ante la falta de Peña Gómez

MI VOZ ESCRITA
Por JORGE HERRERA

Cuando Juan Bosch se fue del PRD a finales del año 1973, alegó como razón fundamental de su decisión que “ya el Partido Revolucionario Dominicano había cumplido su misión histórica”. Que yo sepa, los historiógrafos de la política dominicana, nunca se interesaron en averiguar qué quiso decir el laureado intelectual con ese juicio lapidario ni el por qué en ese momento.

Un dirigente que se vanagloria de haber ingresado a las filas perredeístas siendo un “teenager”, hoy se ampara en una cuestionable ortodoxia partidaria, y tiene el descaro de preguntar si los perredeístas seguirán perdiendo; pero qué ha hecho ese sujeto para hacerles saber, que el verdadero motivo de la actitud de Bosch era la disolución del PRD para facilitar la reelección a Balaguer en 1974.

Como tampoco han hecho nada en ese sentido, otros dirigentes cuya singular coherencia ha sido medrar, sin que les importe un carajo los perjuicios que le ocasionan a la organización, sus desmedidas ambiciones. Ese vergonzoso proceder les impide ver ahora que el propósito sigue siendo el mismo: destruir al PRD para viabilizar el proyecto dinástico de la familia peledeísta.


Peña Gomez se saluda con Juan Bosch.

Me cuento entre los que han asegurado que Bosch perdió la perspectiva cuando se aventuró a vaticinar que el PRD no tenía futuro, alegando que no obstante su salida, cinco años después, el Partido Revolucionario Dominicano llegó al Poder (1978-1982) con Antonio Guzmán y se mantuvo hasta 1986 con Salvador Jorge Blanco. Sin embargo, nada más divorciado de la verdad histórica.

El gran error del autor de La Mañosa lo constituye el hecho de subestimar el carisma y la capacidad política que ya tenía el doctor José Francisco Peña Gómez. Bosch, como todos los que se llegan a creer imprescindibles, pareciera que estaba convencido de que el tiempo en nuestro país se había detenido para que solo él creciera en su dorado autoexilio en Benidorm. 

Ahora, sí es posible que al PRD, “como a todo puerco gordo”, le haya llegado su San Martín. Y, ¿adónde encontrar otro Peña Gómez?... 

Santo Domingo, R.D., jueves, 06 de septiembre de 2012.

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