Fernando Álvarez Bogaert
Nuestro país está enfrentando la situación económica e institucional más crítica de nuestra historia. Ahora, si no la enfrentamos con éxito, el resultado será terrible para los dominicanos. Solo personas insensatas y politiqueras pueden adoptar una actitud obstruccionista en un momento tan delicado.
Tenemos todos juntos, a la cabeza el Presidente Medina, que enfrentar esta crisis con vigor, decisión, transparencia y equidad.
¿Cuáles son los elementos constitutivos de esta crisis?
Por razones de espacio solo trataremos en este artículo los dos desafíos más significativos:
1. El enorme “agujero fiscal”, que tiene como fundamento lo siguiente: de 22,000 millones de pesos de déficit correspondiente al período 2000-2007 (siete años) se pasó a 414,000 millones en el período 2008-2012 (cinco años). Estos déficits ocurrieron a pesar de que en los últimos años los ingresos fiscales aumentaron en un 263% en el período 2004-2012. El problema consistió en que los gastos crecieron desbordadamente en la extraordinaria suma de 325% en el mismo período. Este déficit, en apenas cinco años, se cubrió con endeudamiento externo e interno el que, prácticamente, está, actualmente, copado.
La deuda pública del gobierno consolidado del 1930 al 2004 – período de tiempo que cubre 74 años - se expandió en 11,515 millones de dólares y pesos dólares (a la tasa de cambio de 39 por 1). En el período 2005-2012, ocho años, la deuda alcanzó la cifra de 25,890 millones de dólares y pesos dólares, o sea, un aumento de 14,375 millones de dólares y pesos dólares. ¿Qué significa esto? Que la deuda pública del gobierno consolidado, en apenas ocho años, fue 125% mayor que la deuda pública del gobierno consolidado de 74 años.
2. Todo esto ocurre en medio de una grave crisis institucional. Conforme al prestigioso “Reporte Mundial de la Competitividad” de 144 países, ocupamos en dispendio del gobierno el lugar 144 (incluyendo 40 países africanos); el lugar 138 en la confianza del pueblo en la clase política, y el 135 en la calidad del servicio público.
¿Qué tenemos que hacer?
A. Realizar una dramática reestructuración del gasto de todas las instituciones públicas (gobierno central, ayuntamientos, Congreso, instituciones autónomas, etc.)
B. Que todas las instituciones públicas (con énfasis especial en las que son autónomas) sean transparentadas, so pena de acción penal, en sus acciones y todos sus emolumentos y, además, tomar los correctivos de lugar que alineen el comportamiento público con la realidad económica y social del país.
Después, podremos arribar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que es necesario, para renegociar la deuda. Este acuerdo demandará de una restructuración impositiva, la cual debe ser equitativa y que vaya a generar una mejoría en la competitividad.
No tenemos tiempo que perder, ya que se está cerrando, apresuradamente, la ventana de la oportunidad para enfrentar esta extraordinaria crisis con daños tolerables. Pero tengo fe que el Presidente Medina, junto a todos los sectores del país puede, y debe, encabezar una cruzada nacional para que, sin contemplaciones con los sectores obstruccionistas, con valentía, con audacia, con frugalidad, enfrente con efectividad esta grave situación que le ha tocado a él, aunque no la creó.
Cuando esto ocurra, habremos enfrentado con éxito a nuestros dragones.*
* Facing our dragons. Frase anglosajona que describe una crisis nacional o personal tan seria que se prefiere ignorar su existencia.
Santo Domingo, R.D., miercoles, 17 de octubre de 2012.
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