jueves, 30 de diciembre de 2010

Ingratos y desmemoriados


 Eduardo Alvarez

Memorias de una Dama, de Santiago Roncagliolo, es un libro insultante para los dominicanos. El que el autor irrespeta y desprecia nuestro país. No veo para qué afanarnos en leer tal despropósito. 

Roncagliolo, juega a cebarse en una pequeña media isla cuyo mayor pecado histórico es el primer faro de luz para todo el continente. Cuna del Nuevo Mundo. 

De ese modo hacía coro con su compatriota Mario Vargas Llosa, escritor insufrible cuyos libros prefiero tener fuera de mi alcance, a no ser que tenga la necesidad de combatir el insomnio. 

Estos dos bardos, uno, un incurable beodo y el otro más aburrido que un ganso, no se cansan de burlarse de los dominicanos, confundiendo nuestra sencillez y hospitalidad con ignorancia y apocamiento. 

Cuenta Roncagliolo en el desaguisado, titulado Memorias de una Dama, que su compatriota Vargas Llosa le recomendó encarecidamente no hablar de la República Dominicana en el libro y presentar a Diana Minetti, personaje principal de la novela, como cubana, todo esto si quería que se vendiera o conseguir un buen editor. 

Revela que el autor de la Fiesta del Chivo opina que el nuestro es un país sin importancia, mostrando así un irrespeto y desprecio, ganado acaso por el trato que le dispensado. 

De insultos al país y a varias familias, rellenos inútiles, lugares comunes, formas trilladas y una megalomanía pesada, está plagado este libro. Alfaguara le hace un gran favor al país al no traerlo. Esa editora, que goza de tanto prestigio y lectores en mercado local, nos debe, más bien, un desagravio por haber publicado esa basura llamada Memorias de una Dama.

Santo Domingo, R.D., jueves, 30 de diciembre de 2010.

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