martes, 14 de diciembre de 2010

La “ley antitrujillista”


 Juan José Ayuso 

La ley 5880, de 1962, fue como uno de “los escrúpulos de María Gargajo”, quien lavaba los huevos para freírlos pero escupía el aceite en la cacerola para ver si estaba caliente. 

(Esa ley necesita complemento y adecuación, dada la nueva Constitución). 

Entre 1966 y 1978 y 1986 y 1996, Joaquín Balaguer fue impuesto como presidente de la República por el poder de Estados Unidos. 

¿Podía ocupar ese puesto un trujillista cuya mentalidad y métodos en esos gobiernos establecerían con claridad un evidente neotrujillismo? 

En el gabinete y otras áreas de los gobiernos de Balaguer ocuparon puestos viejos y nuevos trujillistas y neotrujillistas, cómplices de todas sus aberraciones y atrocidades. 

¿Podía esa gente ocupar esos puestos? 

Familiares y otros secuaces del tirano Rafael Trujillo entraron y salieron del país a su antojo y varios ocuparon puestos diplomáticos y consulares en los 22 años de gobiernos neotrujillistas de Balaguer? 

¿Podían? 

En meses pasados publicó un libro la segunda de las hijas del tirano, quien vive muy bien en Miami de la fortuna heredada del robo y despojo de su padre durante los 31 años de tiranía. 

Varios escritores trujillistas y neotrujillistas, se dice, participaron en la redacción –que no investigación- de la “obra” de “Angelita”. 

Lleno de falsedades y calumnias, por supuesto. Sin base en pruebas como no sean los testimonios de los asesinos y criminales del régimen de su padre, el libro no resiste el menor análisis. 

Al decir de un intelectual e investigador, sobreviviente de “La Cuarenta”, poca gente con dos dedos de frente pasa de la quinta o sexta página del libro de marras. 

Por la instancia de una asociación de antitrujillistas, una jueza prohibió la venta de ese libro y condenó a una, sólo a una de las dos o tres librerías que lo habían vendido y que lo venden. 

El libro es calumnioso, difamador y perverso en su intención pero la decisión de la jueza maltrata un aspecto de la libertad de expresión y difusión del pensamiento. 

Con todo y que la perversidad de “Angelita” ofende la memoria de héroes de la lucha antitrujillista, de la gesta del 30 de Mayo de 1961 y de las personas de sensibilidad y conciencia sociopolíticas del país. 

¿Cuántas personas, de acuerdo con sus ingresos, han podido y pudieran comprar ese libro? 

Su lectura ha sido y será limitada y su contenido, en un elevadísimo porcentaje, condenado por su perversidad. 

“Angelita”, la segunda hija del tirano, como ningún trujillista ni neotrujillista, tiene autoridad moral y mucho menos, ella, capacidad intelectual para escribir o decir algo que siquiera se convierta en objeto secundario de debate de la realidad nacional. 

Con ley antitrujillista o sin ella.

Santo Domingo, R.D., martes, 14 de diciembre de 2010.

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2010/12/14/69346/AL-DIA

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