sábado, 30 de abril de 2011

Mi versión de un proceso


Milagros Ortiz Bosch
 A Emmanuel, Hugo, Ivelisse y Quico.

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Razón de ser y destino del Voto Observado:
La iniciativa del voto observado, originado en la falta de un registro actualizado de militantes y la imposibilidad de contar con la documentación precisa, surgió antes de que este se fuera convirtiendo en el instrumento posible para cuantificar la presencia, o no, de votantes vinculados a fuerzas políticas distintas al PRD. El día en que para resolver la situación reforzamos la observación, los compañeros representantes o seguidores de Hipólito Mejía se retiraron de la Comisión. En la noche, con aires de crisis, recibimos a los compañeros Rafael Suberví y César Cedeño, quienes nos transmitieron su preocupación por esta acción de la CNO.

La importancia e instrumento de trabajo del voto observado fue reconocida por el compañero Miguel Vargas Maldonado, quien en la edición del 4 de marzo, en la página 12 del periódico El Nacional afirmó: “mi equipo identificó 200 mil votantes procedentes del litoral peledeísta, los que si asisten tendrán que votar observado, como decidió la Comisión Organizadora”.

Ahora que el tema se ha utilizado para discutir uno de los procesos internos de la política partidaria más reconocidos por la sociedad dominicana, los medios de comunicación y las bases del partido, creo que priorizar la fecha por encimad e la observación del voto, no aceptar la propuesta Tolentino-Tabar, o no usar como correspondía el voto observado, fueron los errores que convirtieron en fuerza detenida el avance político que ganó el Partido Revolucionario Dominicano en la XXIX Convención Extraordinaria.

La fecha y los equipos de Miguel Vargas:
La decisión de las fuerzas del compañero Presidente del Partido, de no postergar la fecha del 6 de marzo para revisar las exclusiones debió estar justificada en motivos poderosos. Lo natural, lo lógico, hubiera sido aceptar la propuesta de Hugo Tolentino y Quico Tabar. Si el voto de otra organización política era el factor distorsionador de las aspiraciones del compañero Vargas, no tiene explicación que no se asumiera, con toda la fuerza que ameritaba, una propuesta que contaría con una mayoría extraordinaria. La misma mayoría que se expresó el día en que fortalecimos el voto observado, que motivó el retiro de la mesa de trabajo a los seguidores de Hipólito Mejía.

¿Cuáles serían las razones que priorizaron la importancia de la fecha por encima de la limpieza del padrón? ¿Por qué de repente la fecha adquiría una importancia tan notable que dejaron de ser “las exclusiones”, lo principal para la candidatura de Miguel Vargas?, ¿Por qué no se le otorgó al Voto Observado la fuerza que tenía para transparentar esos temores?

¿Qué razones pesaban para el cambio de prioridad?
 La primera razón podría ser la que revelaban las encuestas verdaderas, las que se hacen para conocer la realidad, que de seguro indicaban movimientos en las curvas de crecimiento o decrecimiento de una u otra de las candidaturas. Esas curvas presionaron sobre la obligación de extender o acortar el tiempo. Y entonces, la fecha comenzó a jugar un papel estelar en la Convención. No se luchaba por los y las votantes, se enfrentaban maneras de ganar ventajas, detener o atajar nuevos impulsos.

La segunda razón por la que el Voto Observado fue perdiendo importancia frente a la fecha, estaría en la dificultad para el financiamiento del día electoral. Retardar el proceso para quienes carecían de esos recursos era de vital importancia; mientras que realizar el evento en la fecha beneficiaba a quien tenía previsto el costoso montaje final. La fecha se agigantaba en importancia mientras continuaba perdiendo su relevancia la observación creada por la CNO para preservar el partido de infiltraciones como lo admitió el compañero Miguel Vargas el 4 de marzo en el diario El Nacional.

La tercera razón estaría en el gasto publicitario o falta de éste para terminar en alza el proceso. Estoy segura que para una u otra de las candidaturas, modificar la fecha, obligaba a la otra mantener la inversión en los medios de comunicación debilitando los gastos previstos para el día electoral. Para una u otra candidatura, con ese atraso, se aprovechaba el crecimiento de la curva electoral en detrimento de la otra candidatura; o alguien estimaba que en esa fecha ya estaba establecida la importante percepción del ganador y la percepción puede ser más importante que la realidad.

La cuarta razón estaba en lo cerrado de la contienda y aunque un 7% es importante en todo evento electoral, parece que nunca será así en los procesos internos del Partido Revolucionario Dominicano.

Estas interpretaciones no están certificadas en documentos, son de nuestra responsabilidad. En algunas de éstas o en una combinación de las mismas se explica el porqué las exclusiones quedaron postergadas por la importancia de la fecha. Para nosotros en ellas está “lo que no se ve”.

Prudente es recordar que dos compañeros podían observar el voto sin importar el candidato que representaban. Observación que era la comprobación de la denuncia de los equipos del MVP. Por demás estaba establecido en cada centro de votación el derecho a impugnar el proceso o sus resultados. Pero ninguna impugnación llegó hasta la CNO. No hay explicación razonable para que los 7,200 representantes de cada una de las candidaturas en los 3,640 Centros de Votación no usaran las listas de exclusión que habían elaborado, la misma que Miguel Vargas anunció usarían si se atrevían a concurrir a esa convención los enemigos del Partido.

Fueron las encuestas, el costo de la publicidad, los fondos del día electoral, y la cercanía de las candidaturas los hechos que impidieron no valorar la propuesta de Hugo Tolentino y Quico Tabar. Era tan fácil comprenderlo como difícil hoy reconocer que sólo tuvimos 1,924 votos observados y cuando esos votos no llegaron a 50,000, no podemos echar culpas sobre conductas de dominicanos y dominicanas que han participado en la construcción de la democracia, ni mucho menos tratar de convertir en conspiración y falta de transparencia un triunfo de la sociedad y del PRD en el que han sido actores principales Miguel Vargas, Hipólito Mejía y la Comisión Nacional Organizadora.

Un día extraño
Día insólito para los demócratas resultó el del 7 de marzo. A primeras horas de la mañana Emmanuel Esquea Guerrero nos informó que deseaba informar los resultados del proceso al Presidente del Partido. Apoyamos su decisión. Una carta en la que se pedía a la Comisión Nacional Organizadora: 1) entregar las actas y padrones, que en su totalidad aún no habían llegado al centro de Cómputos, y 2) suspender la emisión de boletines provisionales, fue la respuesta al gesto del Presidente de la CNO.

Mientras discutíamos esa carta en el pleno del organismo, el compañero Miguel Vargas Maldonado se proclamó ganador de la XXIX Convención Extraordinaria. Decidimos lanzar los boletines y cumplir nuestro papel, salvar el proceso. Sabíamos que desde ese momento los resultados de la Convención dependían de la defensa del voto de los ciudadanos y militantes del Partido y esa era una responsabilidad innegociable de la Comisión Nacional Organizadora. En el derecho a elegir reside uno de los fundamentos de la democracia. Sonrisas o no, esta es la historia de lo que viví.

En beneficio de los demás, de las soluciones, aprendí a guardar silencio. Un silencio digno. Pero no tanto silencio como para, que sin dejar de saludar el gesto del compañero Miguel Vargas, calle lo que mi conciencia me obliga a entregar a la ciudadanía como testimonio en homenaje a mis compañeros de la Comisión Nacional Organizadora.

NOTA: la autora no contestará ninguna réplica sobre el tema, reconociendo que lo que expresa es su visión personal de lo vivido y su interés de seguir siendo fiel a su militancia ciudadana y partidaria. 13 de abril/11.

Santo Domingo, R.D., sábado, 30 de abril de 2011.

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